Juan Carlos Cobián |
Era un innovador como ejecutante y como compositor. Cuando compuso Salomé inició junto a Enrique Pedro Delfino, creador del tango Sans Souci la tendencia innovadora del "tango romanza". Como pianista, fue el primero en llenar con adornos en los bajos de los silencios de la melodía -procedimiento que sería luego sistematizado por Francisco De Caro-. Por su calidad de ejecutante y su delicadeza en la ejecución fue llamado "el Chopin del tango". Su desenvoltura al hablar, su impecable smoking, sus modales distinguidos y su maestría pianística fascinaban a mujeres otoñales y aristocráticas y fomentaban su bien ganada fama de Don Juan.
De los muchos tangos que escribió, algunos son considerados verdaderos clásicos del género, como “Los dopados” (luego retitulado “Los mareados”, con letra de Enrique Cadícamo), “La casita de mis viejos”, “Niebla del Riachuelo”, “Nostalgias” y “A pan y agua” (1919).
Era hijo del español Manuel Cobián y la argentina Silvana Coria, a los pocos años de vida la familia se trasladó a la ciudad de Bahía Blanca en la misma provincia donde nació. Su hermana Dolores estudiaba piano y cuando observó su interés por el mismo y la habilidad que mostraba repitiendo los ejercicios de ella, influyó a los padres para que lo hicieran estudiar música, por lo que lo llevaron a la filial del Conservatorio Williams de esa ciudad, donde fue condiscípulo de Carlos Di Sarli. Allí estudió con Numa Rossotti, que había sido discípulo de Vincent d'Indy, en París.
En Buenos Aires comenzó a ganarse la vida tocando en una cervecería y en varios cines, entre ellos el Buckingham de Corrientes y Callao y el Las Familias de la calle Santa Fe, en los que se proyectaban películas mudas. Un día le presentaron a Eduardo Arolas quien a su vez lo puso en contacto con el bandoneonista Genaro Espósito, conocido como el "Tano" Genaro y el violinista Ernesto Zambonini, autor del tango “La clavada”, con los cuales formó un trío. Por otra parte tocaba el piano en las clases de tango que daba Juan Carlos Herrera, un gran bailarín cuya clientela eran señoras de altos recursos.
Por esa época actuó con Julio Doutry y "mochila" González. En el cabaret Montmartre, el Moulin Rouge de Rosario y en la casa de baile de "la gallega" en el cual estrenó el tango “El motivo”. En 1916 participó en un trío con Eduardo Arolas en bandoneón y Tito Roccatagliatta en violín, en el "Montmartre", cuyo escenario compartían con Pepita Avellaneda, la primera mujer que cantó tangos en público. Ya transformado en quinteto pasaron al cabaret L´Abbaye de Esmeralda al 500 y también tocó solo al piano en el local Parisiana, de Acevedo y Avda. Alvear. De esa época son sus tangos “El gaucho” y “El botija”.
En 1916 no se presentó a cumplir con el servicio militar obligatorio, que fue forzado a realizar 3 años después, lo que hizo en Buenos Aires en el Regimiento 2 de Infantería. De ese período -sazonado con muchos arrestos disciplinarios- es el más tarde famoso “A pan y agua”.
En 1922 se unió el sexteto de Osvaldo Fresedo, con el que estrenó su tango “Mi refugio” en el Abdullah Club. Cuando más adelante se retiró Fresedo, formó su propio sexteto a propuesta del gerente del lugar y desde el piano pasó a dirigir a los bandoneonistas Pedro Maffia y Luis Petrucelli, los violinistas Julio De Caro y Agesilao Ferrazzano y el contrabajista Humberto Constanzo. Este conjunto quedó para la historia del tango pues significó el antecedente directo del movimiento de transformación instrumental más importante del tango. Actuaron en el Abdulla Club de la Galería Güemes y grabaron, entre ellos los temas de Cobián “Una droga”, “Shusheta”, “Piropos” y “Viaje al norte”.
En agosto de 1923 disolvió su sexteto, vendió su piano y los muebles de su departamento, compró un pasaje de ida y dejó todo para correr hacia Estados Unidos detrás de una cupletista española que le llevaba 15 años, que había conocido en Buenos Aires. Al llegar a Nueva York nadie le esperaba en el puerto pero un compañero de viaje le consiguió alojamiento en un hotel, sugestivamente llamado "Hotel Victoria" como el posterior tango de Discépolo y unos días después lo presentó a la pianista Mabel Wayne, autora de los valses En una aldea de España y Ramona. Con el tiempo este último sería difundido en Argentina como tango con letra del íntimo amigo de Cobián, Enrique Cadícamo. Cobián, por pedido de Wayne, ejecutó un tango al piano, lo que le valió la atención del periodista y poeta mexicano Luis Sepúlveda, que estaba presente, iniciándose primero una amistad y más adelante una colaboración al ponerle Sepúlveda letra en inglés a algunos tangos de Cobián.
Dejando atrás a la cupletista Cobián formó un pequeño conjunto bautizado "Argentan-Band" con el que debutó en el bar del McAlpin Hotel, uno de los hoteles en cuyos salones había entrado el tango. Bajo el nombre de "Carlos Cobián" en septiembre de 1925 grabó sus temas “Ironía” y “Letanía” en solos de piano, mas no tuvieron mucha difusión. En ese punto Cobián encontró un joven estudiante que tocaba el saxofón y cantaba en español llamado Rudy Vallée, que pocos años después adquiriría fama como actor y cantor, e incorporó a su repertorio una letra en inglés escrita por Sepúlveda para el tango “The Thief” o sea “El ladrón”.
A su regreso formó una orquesta con Francisco Fiorentino como vocalista; dirigió luego una agrupación de jazz; con Ciriaco Ortiz (bandoneón) y Cayetano Puglisi (violín) tocó en el Trío Nº 1 y volvió a organizar su típica.
Acompañado de su amigo Enrique Cadícamo en 1937 Cobián retornó a New York. Se había casado en Montevideo con una mujer de buena posición con la que había tenido un romance en Buenos Aires. Una vez allí comprobó que las condiciones del gusto popular no favorecían su trabajo de músico de tango y, además, rechazó por cuestiones personales algunas oportunidades que se le presentaron. Mientras mantenía un romance con la dueña del edificio donde se instaló conoció a la norteamericana Kay O'Neill y el 1º de febrero de 1938, 3 meses después de su llegada a New York, se casó con ella provocando la ira de la dueña, quien los expulsó del departamento.
Trabajó un tiempo en Argentina al frente de su orquesta, con la que actuó en Radio El Mundo. Luego dejó la actividad musical voluntariamente, recluyéndose en su modesto departamentito de la calle Montevideo.
Filmografía
Así es el tango (1937)
La virgencita de Pompeya (1935)
Obras de Juan Carlos Cobián
A pan y agua (1919, letra de Enrique Cadícamo)
Carnavales de mi vida (Mosca muerta) (Tango)
El Botija (Tango)
El cantor de Buenos Aires (letra de Enrique Cadícamo)
El gaucho (Tango)
Gitana (con letra de Enrique Cadícamo)
La casita de mis viejos (letra de Enrique Cadícamo)
Los dopados (luego retitulado "Los mareados", con letra de Enrique Cadícamo)
Mi refugio (letra de Pedro Numa Córdoba)
Monedita de plomo (Tango)
Nostalgias (letra de Enrique Cadícamo)
Shusheta (El aristócrata) (letra de Enrique Cadícamo)
El orejano
Biscuit (letra de F. Warley)
Mujer
Pico de oro (letra de Enrique Cadícamo)
Almita herida
Salomé (letra de Enrique Cadícamo)
Piropos (letra de Enrique Cadícamo)
Muñeca cruel
Has cambiado por completo (letra de Enrique Dizeo)
Viejo bandoneón (letra de Enrique Cadícamo)
Es preciso que te vayas (letra de Celedonio Flores)
Lamento pampeano
Ladrón
¿Me querés?
La adivina
Rubí (letra de Enrique Cadícamo)
Carne y uña
Mario
Como un sueño
El único lunar
Vení, vení
Divagando
Nieblas del Riachuelo (letra de Enrique Cadícamo)
El campeón
No me cortés las alas (letra de Enrique Dizeo)
Una droga
Hambre (letra de Enrique Cadícamo)
Reo
El motivo (retitulado a Pobre paica al ponerle la letra de Pascual Contursi)
Dolor milonguero (con letra de Enrique Cadícamo)
Volvé a mi lado (letra de Enrique Dizeo)
La noche de los dos (música y letra de Juan Carlos Cobián)
Tango: Nostalgias
Música: Juan Carlos Cobián
Letra: Enrique Cadícamo
Intérprete: Pasión Vega
Las letras de Tango reflejan la vida misma. Reflejan el dolor, el placer, la nostalgia, alegrías y tristezas. A través de ellas te invito a pensar!
Letra:
Quiero emborrachar mi corazón
para apagar un loco amor
que más que amor es un sufrir...
Y aquí vengo para eso,
a borrar antiguos besos
en los besos de otras bocas...
Si su amor fue "flor de un día"
¿porqué causa es siempre mía
esa cruel preocupación?
Quiero por los dos mi copa alzar
para olvidar mi obstinación
y más la vuelvo a recordar.
Nostalgias
de escuchar su risa loca
y sentir junto a mi boca
como un fuego su respiración.
Angustia
de sentirme abandonado
y pensar que otro a su lado
pronto... pronto le hablará de amor...
¡Hermano!
Yo no quiero rebajarme,
ni pedirle, ni llorarle,
ni decirle que no puedo más vivir...
Desde mi triste soledad veré caer
las rosas muertas de mi juventud.
Gime, bandoneón, tu tango gris,
quizá a ti te hiera igual
algún amor sentimental...
Llora mi alma de fantoche
sola y triste en esta noche,
noche negra y sin estrellas...
Si las copas traen consuelo
aquí estoy con mi desvelo
para ahogarlos de una vez...
Quiero emborrachar mi corazón
para después poder brindar
"por los fracasos del amor"...
que más que amor es un sufrir...
Y aquí vengo para eso,
a borrar antiguos besos
en los besos de otras bocas...
Si su amor fue "flor de un día"
¿porqué causa es siempre mía
esa cruel preocupación?
Quiero por los dos mi copa alzar
para olvidar mi obstinación
y más la vuelvo a recordar.
Nostalgias
de escuchar su risa loca
y sentir junto a mi boca
como un fuego su respiración.
Angustia
de sentirme abandonado
y pensar que otro a su lado
pronto... pronto le hablará de amor...
¡Hermano!
Yo no quiero rebajarme,
ni pedirle, ni llorarle,
ni decirle que no puedo más vivir...
Desde mi triste soledad veré caer
las rosas muertas de mi juventud.
Gime, bandoneón, tu tango gris,
quizá a ti te hiera igual
algún amor sentimental...
Llora mi alma de fantoche
sola y triste en esta noche,
noche negra y sin estrellas...
Si las copas traen consuelo
aquí estoy con mi desvelo
para ahogarlos de una vez...
Quiero emborrachar mi corazón
para después poder brindar
"por los fracasos del amor"...