Aníbal Troilo |
Sus padres se llamaban Felisa Bagnoli y Carmelo Troilo. Su padre le pondría el seudónimo de “Pichuco”, nombre por el cual llamaban a uno de sus mejores amigos; el apodo podría ser una deformación del napolitano picciuso que significa "llorón". Tuvo 2 hermanos, un varón, Marcos, y una mujer, Concepción.
Durante su niñez, Troilo escuchaba tocar el bandoneón en los bares de su barrio. A los 10 años convenció a su madre para que le comprara su primer bandoneón… “el fueye me atraía tanto como una pelota de fútbol. La vieja se hizo rogar un poco, pero al final me dio el gusto y tuve mi primer bandoneón: 10 pesos por mes en 14 cuotas. Y desde entonces nunca me separé de él” comentó “Pichuco”… Con ese bandoneón, Troilo tocó casi toda su vida.
Un año después, en 1925 “Pichuco” realizó su primera actuación, tocó el bandoneón en un evento benéfico del Petit Colón, un cine del barrio del Abasto. A pedido del dueño del cine, pasó a integrar la orquesta estable del mismo. A los 14 años ya había formado un quinteto.
En diciembre de 1930 fue contratado para formar parte del famoso conjunto Vardaro-Pugliese que daba espectáculos en el Metropol de la calle Lavalle. La agrupación estaba integrada por Osvaldo Pugliese al piano, Alfredo Gobbi y Elvino Vardaro en violines, Miguel Jurado y Aníbal Troilo en bandoneones y Luis Adesso en contrabajo.
Troilo pasó por numerosas orquestas, entre otras, las de Juan Maglio Pacho, Julio de Caro, Juan D'Arienzo, Ángel D'Agostino y Juan Carlos Cobián.
Con su orquesta trabajó casi ininterrumpidamente, tanto en presentaciones en vivo como en grabaciones. Desde 1953 hasta mediados de los años 60, Troilo mantuvo durante un tiempo una actividad musical paralela a la de su orquesta en dúo junto al guitarrista Roberto Grela, que después se convirtió en el Cuarteto Troilo-Grela. En 1968, ya distanciado de Grela, formó su propio cuarteto. Además de esto, Troilo grabó dos temas “El motivo” y “Volver” a dúo de bandoneones junto a Astor Piazzolla.
En 1933, Troilo participó en la película “Los tres berretines”, en un trío con José María Rizzutti en piano y Vicente Tagliacozzo ejecutando el violín. Su asenso fue meteórico. El poeta Julián Centeya lo bautizó como “El Bandoneón Mayor de Buenos Aires”. Troilo fue autor de 60 excelentes Tangos. Los músicos que lo acompañaron en su carrera musical han elogiado cada aspecto de su persona. Su talento fue sorprendente, por lo precoz y la grandeza de su aporte al género. Los entendidos, afirman que su grandeza radica en que su pasión era tal, que eso mismo lo elevaba. Troilo cerraba sus ojos cuando tocaba pero no pudo explicar el motivo. En ocasiones dijo que lo hacía porque se sentía dentro de sí mismo.
En homenaje a Homero Manzi, una noche interrumpió un juego de Bacarat se aisló en una habitación para componer en un rato su obra “Responso”, un lamento que está catalogado como uno de los tangos más brillantes de todas las épocas. Lo grabó pero luego se negaba a tocarlo. Lo ha hecho a pedido del público, pero se sabe que sufría cuando lo hacía.
Troilo fue un melodista extraordinario, talentoso para la composición como lo demuestra en obras de su autoría para letras de Homero Manzi “Barrio de tango”, “Sur”, “Discepolín”, “Che Bandoneón”, entre otros. Troilo tuvo en su orquesta al innovador del tango, Astor Piazzolla, a quien difirió con el orgullo de designarlo su arreglador. Troilo Siempre recordaba a Piazzola: “la gente quiere bailar, no perdamos el baile, porque si perdemos la milonga, sonamos”…. Decía “Pichuco”.
Tango: Quejas de bandoneón
Música: Juan de Dios Filiberto
Intérprete: Aníbal Troilo
Las letras de Tango reflejan la vida misma. Reflejan el dolor, el placer, la nostalgia, alegrías y tristezas. A través de ellas te invito a pensar!