miércoles, 9 de julio de 2014

Feliz aniversario, Mercedes Sosa

Mercedes Sosa
Haydée Mercedes Sosa, nació en la ciudad de San Miguel de Tucumán, República Argentina, el 9 de julio de 1935. Cabe destacar que el 9 de julio es el Día de la Independencia Argentina y que el texto que declaró independiente al país se firmó también en la ciudad de Tucumán. 

Descendiente de calchaquies, su padre era un obrero de la industria azucarera que trabajaba en el ingenio Guzmán, mientras que su madre trabajaba de lavandera para familias más acomodadas. 

Empezó a cantar profesionalmente temas populares argentinos cuando aún era una adolescente, pero su primer disco, “La voz de la zafra”, no apareció hasta 1962. Esta obra se considera precedente inmediato del movimiento del Nuevo Cancionero, iniciado en Argentina pero pronto expandido a todo el ámbito de América Latina, que pretendía rescatar los valores estéticos de la música folclórica y popular del continente.

En 1957 se radicó en Mendoza a raíz de su matrimonio con el músico Oscar Matus, con quien tuvo un hijo, Fabián Matus. Matus y Mercedes establecieron una sociedad artística con el poeta y locutor Armando Tejada Gómez que resultaría de gran trascendencia artística y cultural. Mendoza resultaría uno de los tres lugares entrañables de Mercedes Sosa, junto a Tucumán y Buenos Aires. Allí «se hizo mujer», dijo ella misma, nació su hijo y se formó artísticamente. Junto a esos tres lugares, Mercedes Sosa también destacaba su afecto especial por Montevideo, donde fue tratada por primera vez como una gran cantante, en una serie de actuaciones que realizó en Radio El Espectador y en Canal 12 de Montevideo.

Militó en el Partido Comunista de Argentina desde 1960 y a partir de 1965, tras una célebre actuación en el Festival Folclórico de Cosquín, provincia de Córdoba, Argentina, sumó la reivindicación política a su proyecto artístico para convertirse, junto con Jorge Cafrune y Atahualpa Yupanki, en uno de los símbolos vivos de la lucha contra las injusticias sociales y la discriminación del elemento indígena americano.

A esta nueva orientación correspondieron discos como “Yo no canto por cantar” (1966), “El grito de la tierra” (1970), “Cantata Sudamericana” (1971), “Hasta la victoria” (1972), “Traigo un pueblo en mi voz” (1973), “Alfonsina y el mar”, “Como la cigarra”, La maza”, “Gracias a la vida”, “Zamba para no morir”, “Dale alegría a mi corazón” y “Canción con todos”, entre una cantidad innumerables de éxitos más.

Un compromiso político que le valió la prohibición de sus discos durante los años de la dictadura militar argentina (1976-1983). Entre 1979 y 1982 vivió exiliada en Europa, primero en París y luego en Madrid.

A partir de la década de 1980 su sonido se enriqueció con aportaciones del tango, el jazz y el rock. Discos significativos de ese nuevo período fueron “Mercedes Sosa en Argentina” (grabación en directo registrada en el Teatro Ópera de Buenos Aires en 1982, tras su regreso al país), “Como un pájaro libre” (1983), “¿Sería posible el Sur?” (1984), “De mí” (1991), “Alta fidelidad” (1997) y “Misa criolla” (1999). Su último trabajo fue “Cantora: un viaje íntimo” (2009), en el que interpretaba 34 canciones a dúo con otros tantos artistas latinoamericanos.

Mercedes Sosa nunca abandonó la denuncia política, a la que sumó en sus últimos años la lucha por la conservación del medio ambiente. Su defensa de la hermandad de los pueblos latinoamericanos le valió el sobrenombre de "La Voz de América". Entre los muchos premios recibidos por la artista figuraron el Gardel y el Grammy Latino. En 2008 fue nombrada Embajadora de Buena Voluntad de la UNESCO.

Tango: Los mareados
Música: Juan Carlos Cobián
Letra: Enrique Cadícamo
Intérprete: Mercedes Sosa

Las letras de Tango reflejan la vida misma. Reflejan el dolor, el placer, la nostalgia, alegrías y tristezas. A través de ellas te invito a pensar!

Letra:
Rara..
como encendida
te hallé bebiendo
linda y fatal...
Bebías
y en el fragor del champán,
loca, reías por no llorar...
Pena
Me dio encontrarte
pues al mirarte
yo vi brillar
tus ojos
con un eléctrico ardor,
tus bellos ojos que tanto adoré...


Esta noche, amiga mía,
el alcohol nos ha embriagado...
¡Qué importa que se rían
y nos llamen los mareados!
Cada cual tiene sus penas
y nosotros las tenemos...
Esta noche beberemos
porque ya no volveremos
a vernos más...


Hoy vas a entrar en mi pasado,
en el pasado de mi vida...
Tres cosas lleva mi alma herida:
amor... pesar... dolor...
Hoy vas a entrar en mi pasado
y hoy nuevas sendas tomaremos...
¡Qué grande ha sido nuestro amor!...
Y, sin embargo, ¡ay!,
mirá lo que quedó...