Pascual Contursi |
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Su padre, de oficio sástre, llegó de Italia como tantos otros, lleno de sueños a "hacer la América", pero no le fue fácil retomar su labor como tal, antes tuvo que pasar por trabajos muy duros, como por ejemplo, juntar algodón en la provincia del Chaco. Luego decidió trasladarse a Chivilcoy, provincia de Buenos Aires, donde nacioó Pascual Contursi. Y finalmente, en su peregrinación por la Argentina, los Contursi se trasladaron al barrio de San Cristobal, en Capital Federal.
Pascual Contursi, desde muy chico se sintió atraído por el arte de la prosa. Comenzó escribiendo poemas y entonado con su guitarra temas propios. No tardó en convertirse en poeta, músico y dramaturgo. En 1914, a sus 26 años decidió abrir su camino y trasladarse sólo a la ciudad de Montevideo, Uruguay. Pasó sus días ganándose la vida escribiendo y cantando canciones de la guardia vieja, acompañado de su guitarra. Casi naturalmente se le ocurría ponerle letra a temas que no la tenían, y aunque no le fue fácil imponerlas, el gran suceso ya estaba pronto a nacer. En el año 1916 todo cambiaría. A principios de ese año Gerardo Matos Rodríguez compuso “La Cumparsita” y sobre el final del mismo año, Pascual Contursi escribió la letra de “Mi Noche Triste”.
Carlos Gardel y José Razzano estaban actuando en el Teatro Urquiza de Montevideo, y allí fue Pascual Contursi para acercarle la letra del tango que le cambiaria la historia: “Mi Noche Triste” que por ese entonces no se llamaba de ese modo, sino “Lita” según Samuel Castriota, autor de la música, o “Percanta que me amuraste” según Contursi. Pero sería Carlos Gardel quien propondría y ganaría el debate, de cómo debía llamarse el primer tango cantado: “Mi Noche Triste”.
Carlos Gardel regresó a Buenos Aires y tuvo sobre sí una tarea nada sencilla, debió crear el arte de cantar el tango. No había nada ni nadie que le enseñare o sugiriere como hacerlo.
En el año 1917 llegaría el momento de la primera grabación del tango cantado, Carlos Gardel grabó “Mi Noche Triste” acompañado de una sola guitarra, la de José Ricardo, tema que podemos escuchar con baja calidad de audio, en un pequeño fragmento.
A mediados de 1918, la compañía Muiño-Alippi, estrenó el sainete “Los dientes de perro”, del rosarino José González Castillo y Alberto Weisbach. Fue idea de Elías Alippi incluir un tango en la obra que sería cantado por la figura femenina del elenco, Manolita Poli. Así, el público saboreó en vivo los primeros compases de “Mi Noche Triste”.
Habiendo transcurrido más de una década de éxitos “tangueros” propiamente dichos, en el año 1930 Carlos Gardel grabó nuevamente aquella pieza que dio origen al tango cantado, pero estas vez acompañado por el conjunto de guitarras de José María Aguilar, Guillermo Barbieri y Ángel Domingo Riverol.
Les dejo este homenaje a Pascual Contursi, quien junto a Samuel Castriota y Carlos Gardel presentaron por primera vez un tango con letra y música que hasta el día de hoy, casi 100 años después, se sigue difundiendo y que procuramos que así continúe por varios siglos más, a fin de continuar defendiendo nuestra soberanía cultural argentina.
Tango: Mi noche triste (1930)
Música: Samuel Castriota
Letra: Pascual Contursi
Intérprete: Carlos Gardel
Letra:
Percata que me amuraste
en lo mejor de mi vida,
dejándome el alma herida
y espina en el corazón,
sabiendo que te quería,
que vos eras mi alegría
y mi sueño abrasador,
para mí ya no hay consuelo
y por eso me encurdelo
pa'olvidarme de tu amor.
Cuando voy a mi cotorro
y lo veo desarreglado,
todo triste, abandonado,
me dan ganas de llorar;
me detengo largo rato
campaneando tu retrato
pa poderme consolar.
Ya no hay en el bulín
aquellos lindos frasquitos
, arreglados con moñitos
todos del mismo color.
El espejo está empañado
y parece que ha llorado
por la ausencia de tu amor.
De noche, cuando rne acuesto
no puedo cerrar la puerta,
porque dejándola abierta
me hago ilusión que volvés.
Siempre llevo bizcochitos
pa tomar con matecitos
como si estuvieras vos,
y si vieras la catrera
cómo se pone cabrera
cuando no nos ve a los dos.
La guitarra, en el ropero
todavía está colgada:
nadie en ella canta nada
ni hace sus cuerdas vibrar.
Y la lámpara del cuarto
también tu ausencia ha sentido
porque su luz no ha querido
mi noche triste alumbrar.