martes, 10 de noviembre de 2015

Feliz cumpleaños, Beba Pugliese

Beba y Osvaldo Pugliese
Lucela Delma Pugliese, más conocida como Beba Pugliese, nació en Villa Ortúzar, Provincia de Buenos Aires, República Argentina, el 10 de noviembre de 1936 en una casa alquilada de la calle 14 de julio 1111. Es pianista, compositora, arregladora y directora…

Las estrecheces en las que se vieron envueltos en las primeras épocas, obligaba a compartir casa entre integrantes de ambas ramas familiares y la música brotaba por todos los poros de aquellas paredes. Ver ensayar al padre en aquel piano Förster y que también le sirvió a ella para trajinarlo aquel color que viene de la infancia y las coordenadas que llegan a través de una serie de afluentes y desembocan en una vocación, fueron determinando su futuro musical. Claro que ver ensayar a esa orquesta de don Osvaldo en la casa donde fueron a vivir en 1940, Álvarez Thomas 1477, agranda espaciosa su mirada de niña traviesa que, en su gestación contempla imágenes con un gran poder de sugerencia: «Recuerdo las melenas de Ruggiero y de Caldara, concentrados, esperando el momento del arranque musical. A Camerano lo veo todavía preparando el arco para su entrada triunfal, brillante. También lo veo a Aniceto Rossi aguardando al lado del piano. Todos esperando la marcación del director, como jugadores preparándose a salir a la cancha donde la multitud de los hinchas gritaban enfervorizados..., y en el recuerdo se forja su ansiedad.

Cuando estaba en 4º grado y le pidieron que tocara el Himno en el Día del Maestro, lo hizo con gran fervor patriótico y anticipando el futuro. Las vicisitudes políticas del padre, la persecución, la cárcel, la prohibición de tocar en radios o espacios públicos, castigaron severamente a la familia y también forjaron su carácter. Como sus primos y amigos de la infancia, pasó muchas horas en el Club Sporting y allí Beba aprendería entre otras cosas a bailar el tango, acompañando a sus primos mayores. Estudió danzas y piano, practicando con las partituras que le regalaba el abuelo paterno, especialmente las clásicas.

Pugliese cambió el nombre de su tango “Amargura [b]”, por el nuevo de: “La beba”, al nacer ella. Lisandro Adrover hizo el arreglo en la primera versión y Daniel Binelli el segundo, cuando volvieron a grabarlo en 1972.

Los estudios con Vicente Scaramuzza, Pedro Rubbione, Oreste Castronuovo y Berta Sujovolsky le dieron el plácet definitivo y Beba se disponía a desarrollar su carrera como pianista clásica, habiendo comenzado en recitales por Radio Nacional y otras emisoras. Convocó a Aníbal Arias y Guillermo Ferrer para unas actuaciones por todo el país en 1979, con enorme éxito, grabando incluso un longplay y ya, en el homenaje que le hicieron a Sebastián Piana en 1978, su categoría de pianista recibe el respaldo efusivo y cálido de los presentes. El tango está golpeando a su puerta y los genes hacen el resto.

Es en 1980 cuando forma su propio quinteto, para actuar en el Hotel Bauen, como gran atracción y el suceso desborda todas las previsiones. Pese a los golpes que le da la vida, ella sabe que la lucha es ardua y debe seguir. Tuvo 2 matrimonios y 2 hijos: Lisandro y María Carla que arrancó a los 6 añitos con el piano y en 2001 debutó como profesional. Admiradora de Orlando Goñi, la polenta y categoría de Beba en el piano despierta comentarios de admiración, incluso en Astor Piazzolla.

Con su orquesta viaja por Europa y Japón. Compone numerosos temas: “Catire”, “Ochentango”, “Para mi abuelo”, “Chicharrita” (como llamaban al padre de pequeño), “Si volviera a verte”, “Sueños y sombras”, “Rosa punzó”, “Tus quince años” (a su hija), “A nuestro amigo Piraña”.

Integró los elencos de varias compañías teatrales y actuó en varios sainetes, mientras completaba sus estudios teóricos con los maestros Fukcs y Sebastián Piana. En 1974, realizó los arreglos para la obra teatral Prohibido pisar el tango. En 1978, como solista, compartió escenario con la orquesta de su padre y destacó en programas radiales como el Ciclo de Recitales de Radio Rivadavia, conducido por Héctor Larrea. 

Con el acento encarnado en el espíritu del tango, le sirvió para girar por el país y ser contratados por el tradicional Caño 14. Su segundo disco lo firmó en 1981 y fue el prolegómeno de una serie exitosa.

La organización National Geographic filmó en América Latina el programa Ritmos revolucionarios y, referido a Buenos Aires, eligieron como composición más destacada “Dinastía Pugliese”, de su autoría. En su prolífica carrera ha recibido numerosas distinciones de todo tipo y está orgullosa de que “Los amigos de la calle Corrientes”, hayan bautizado al cruce de Corrientes y Rodríguez Peña como “La esquina de Beba Pugliese”, instalando una placa de bronce en la que le expresan el reconocimiento a toda su trayectoria.

Es maestra en la Escuela Popular de Avellaneda, del Instituto Cultural José Hernández de Olivos, y sigue yirando con su orquesta y cantantes como Mónica Sachi, Gustavo Cané u Oscar Ferrari. Esa especie de impulsante coraje sonoro que no afloja nunca, viene de las raíces paternas. Confiesa que en cierta ocasión lo llamó un director de orquesta -ex fueye de Pugliese- porque se le había enfermado el pianista, para un programa de televisión. Beba lo consultó con Don Osvaldo y éste, lagrimeando, le dijo: “No debieras ir. Fue de los que más me traicionaron y está tocando con las partituras de mi orquesta. Me hizo mucho daño”. No fue. Y ahí sigue la Beba convencida de no buscar una estética determinada sino la que lleva adentro. 

En los diferentes domicilios que habitaron, Beba aprendió a valorar la cercanía y solidaridad de la familia. Y a sentir la fuerza de la música. Y el viejo barrio. Y la casa donde se fraguó “La yumba”, “Malandraca”, cuando buscaban el canyengue en aquel piano. El apellido Pugliese pesa mucho y ella lo sabe. Por eso hace honor al mismo. Instalada en el gusto popular por propia capacidad y personalidad, sus presentaciones y grabaciones despiertan sentimientos retroactivos. Tiene que haber un gatillo que dispare la emoción y el de Beba lleva el yeite y la marca Pugliese en el orillo. El ancestral germen mítico.


Tango: Y no puedo olvidarte
Música: Armando Cupo
Letra: Abel Aznar
Orquesta: Beba Pugliese
Intérprete: Mónica Sachi


Las letras de Tango reflejan la vida misma. Reflejan el dolor, el placer, la nostalgia, alegrías y tristezas. A través de ellas te invito a pensar!

Letra:

Yo no sé ni a quien odiar en mi tormento,
si a la vida, si al amor o a mi destino,
si morirme o seguir por mi camino,
camino de amarguras, camino sin tu amor.
Yo no quiero las caricias de otras manos,
yo no quiero de otros labios la dulzura,
qué me importa de otros ojos la ternura
si en tus ojos y en tus manos se quedó mi corazón.

Desesperado,
sin tu querer
y atormentado
por el ayer.
Con tu recuerdo
que duele tanto,
mojado en llanto
y en padecer.
Desesperado,
por vos me muero
porque te quiero,
hoy más que ayer.

Es terrible lo que has hecho con mi vida
si hasta ahora no he podido consolarme,
muchas veces no he querido ni acordarme
y cuanto más lo intento más quiero recordar.
Si tuviste o no razón para dejarme
no lo entiende mi cariño todavía,
ni tampoco se resigna el alma mía
si te pierde para siempre, al nombrarte y al llorar.