jueves, 5 de noviembre de 2015

Feliz aniversario, Anselmo Aieta

Anselmo Aieta
Anselmo Alfredo Aieta, más conocido por Anselmo Aieta, nació en San Telmo, Capital Federal, República Argentina, el 5 de noviembre de 1896. Fue Bandoneonista y compositor de tango.

Inició su carrera de muy joven, a los 10 años, ya usaba una antigua concertola que era de su hermano mayor, Ricardo.

Sus comienzos profesionales se pueden ubicar alrededor del año 1913. Actuando en el café La Buseca, de Avellaneda, donde suplió al bandoneonista Graciano De Leone, en el terceto típico que completaban, El Chino Agustín Bardi en piano y Ricardo González, como guitarrista. También, en alguna ocasión, integró el conjunto de Genaro Espósito.

Conoció, fue amigo y ferviente admirador de Arolas con quien también tocó. Actuó con los más importantes músicos de esa década: Rafael Iriarte, Carlos Marcucci, José Servidio, Luis Bernstein, Rafael Tuegols, Roberto Goyheneche.

Ingresó en la orquesta de Francisco Canaro en 1919 y la abandonó en 1923. Por esos años, conoció al poeta Francisco García Jiménez, con quien compondría sus mayores éxitos. Luego formó su propia orquesta. En 1925, integró la Orquesta Típica Paramount, junto con Juan D'Arienzo y Ángel D'Agostino, entre otros. Fue uno de los compositores favoritos de Carlos Gardel, quien grabó dieciséis de sus composiciones. "Palomita Blanca" (1929), con letra de Francisco García Jiménez, fue su canción más popular, con cientos de grabaciones en todo el mundo.

Su momento cumbre de inspiración fue en el transcurso de la década del ´20 y los primeros años del ´30: “El huérfano” (1921). “Príncipe” (1922), “La mentirosa” (1923), “Suerte loca” (1925), “Siga el corso”, “Bajo Belgrano” y “Tus besos fueron míos” (1926), “Carnaval” y “La chiflada” (1927), “Entre sueños”, “Alma en pena” y “Yo me quiero disfrazar” (1928), “Prisionero”, “Palomita blanca”, “Chau ingrata”, “Tras cartón”, “Tan grande y tan zonzo” y “Qué fenómeno”, (1929), “Primero campaneala” y “Bajo tierra” (1930), “Ya estamos iguales” (1934).

Con posterioridad, hubo una suerte de receso en su tarea de compositor hasta los años 40, cuando se produjeron 2 fulminantes destellos: “Mariposita” (1940) y “Color de barro” (1941). Además, la vigencia de su repertorio se revitalizó continuamente, merced a las estupendas versiones de sus temas, a cargo de los más encumbrados nombres del período: Aníbal Troilo, Osvaldo Fresedo, Alfredo De Angelis, Miguel Caló, Ricardo Tanturi, Osvaldo Pugliese, Francisco Canaro, Juan D'Arienzo, etc.

En los años 50 impuso 2 temas: “Estampa tanguera” y “Escolaso” que grabó Edmundo Rivero.

Actuó y realizó la música en el filme Los locos del cuarto piso de 1937 dirigido por Lisandro de la Tea y actuó en El forastero.

Además de tangos, compuso valses, pasodobles, zambas, milongas e incluso temas fuera del ejido de la música típica. Y en todas y cada una de sus composiciones es dable percibir la fresca fragancia de la espontaneidad con que fueron pergeñadas, esa pronta y genuina inspiración de los iluminados, que lo consagran como uno de los más grandes melodistas del género.

Tango: Mariposita
Música: Anselmo Aieta
Letra: Francisco García Jiménez
Intérprete: Ariel Ardit

Las letras de Tango reflejan la vida misma. Reflejan el dolor, el placer, la nostalgia, alegrías y tristezas. A través de ellas te invito a pensar!

Letra:

Un bandoneón
con su resuello tristón.
La noche en el cristal
de la copa y del bar
y del tiempo que pasó...
Mi corazón
con su borracha emoción.
Y en otra voz, la voz
de la historia vulgar,
dice mi vulgar dolor...

Mariposita,
muchachita de mi barrio,
te busco por el centro,
te busco y no te encuentro,
siguiendo este calvario
con la cruz del mismo error.
Te busco porque acaso nos
iríamos del brazo...
Vos te equivocaste con tu arrullo
de sedas palpitantes,
y yo con mi barullo
de sueños delirantes,
en un mundo engañador.
¡Volvamos a lo de antes!
¡Dame el brazo y vámonos!

Ni vos ni yo
sabemos cuál se perdió.
Ni dónde el bien, ni el mal,
tuvo un día final
y otro día comenzó...
Yo bebo más
porque esta noche vendrás.
Mi corazón te ve;
pero habrá que beber mucho...
¡pero mucho más!...