Eduardo Arolas |
Fue bandoneonista, director y compositor de tango. Comenzó en la música tocando la guitarra, pero su paso al bandoneón fue la piedra fundamental de su nacimiento como leyenda del tango. Arolas es considerado uno de los grandes autores del tango, con creaciones de una modernidad insospechable para la época. Sus inicios en la composición fueron de oído, Francisco Canaro le transcribía sus tarareos a un pentagrama.
En 1913 Roberto Firpo lo contrató para tocar el bandoneón junto a su orquesta en el famoso cabaret Armenonville. En 1916 decide autoexiliarse en Montevideo por un problema de amores. Una calle de Buenos Aires lleva su nombre en su homenaje.
Es uno de los nombres fundamentales del Tango. Bandoneonista virtuoso y apasionado, se lo considera uno de los más grandes creadores del género. Su corta trayectoria fue una aventura que comenzó en el barrio porteño de Barracas y terminó en París en la década de 1920. Admirado por generaciones de músicos que lo sucedieron, integra el Olimpo tanguero ocupando un lugar de privilegio, gracias a la magia de su inspiración.
Aun no se usaba el término aplicado al tango, pero Eduardo Arolas fue un verdadero vanguardista, dueño de un sonido diferente, único y cautivante, autor de títulos inmortales. Lo advertimos ya en nuestra lejana adolescencia, cuando al escuchar sus composiciones, notábamos que no parecían pertenecer a la Guardia Vieja. Aquello -salvo, claro está, sus primeros tangos- era otra cosa, allí había una nueva sensibilidad, un aire sentimental desconocido hasta entonces, un carácter entrañablemente porteño -muy distante del inicial estilo azarzuelado-, detalles que estaban prefigurando esa manera que se generalizaría recién a partir de Pedro Maffia, Pedro Laurenz, Julio De Caro o Enrique Delfino, por ejemplo. Después, con el tiempo, advertimos que los tangos de Arolas seguían sonando a cosa actual; eso es vanguardia.
No sólo en la composición, también en la interpretación -como ejecutante de su instrumento o como director de orquesta- fue un vanguardista. Dejemos que nos lo digan quienes tuvieron el privilegio de haberlo escuchado “en vivo”, como se dice hoy en día. Señaló Pedro Maffia: “La ejecución de Arolas era brillante, enérgica”; dijo Pedro Laurenz: “Era un excelente instrumentista, gran ejecutante y mejor compositor, vivía adelantado a su época, fue el creador del fraseo y del rezongo”; Julio De Caro coincidía: “Fue un ejecutante magistral, el creador del rezongo y del fraseo” y continuaba: “interpretaba con el bandoneón el idioma del pueblo, el idioma porteño”; coincidentemente, también se refería a “los rezongos en la ejecución” el pianista uruguayo Alfonso Fogaza, y agregaba: “Fue el inventor de los ligados”; José Pécora sumó su propia observación: “Realizaba armonías fraseando”. Más aun, a nuestro juicio -y varios entendidos coinciden con esta apreciación-, fue el más grande compositor que dio el tango. En cuanto a sus composiciones, se advierte la presencia de un estilo inconfundible, y puede percibirse un claro aire de milonga en “Fuegos artificiales” o en “Comme il faut”; sedimentos camperos en “La guitarrita” o en “Una noche de garufa”, y un melodismo romántico “¡No!” o en “La cachila”, por no continuar con los ejemplos.
Además, como anunciador de la muy posterior vanguardia, fue componiendo partes de tangos en las que un breve tema, marcadamente rítmico, se repite constantemente a distintas alturas, como en “Cosa papa” (1913), “De vuelta y media” o “Moñito” (ambos de 1917). Ese recurso fue retomado y desarrollado a lo largo de la composición por Pugliese en “La yumba” y menos de una década después, por Piazzolla como base del movimiento de vanguardia.
En su segundo viaje a París (1920) junto a la francesa Alice Lesage, inspiradora de su tango “Alice”, resulta significativa la circunstancia de que, en una fotografía parisiense de 1923, luzca junto a su moderno automóvil marca Amílcar y a dos señoritas...
Lo cierto es que el gran Arolas sigue vivo en su obra. Una obra aún popular, que, por otra parte, ha trascendido nuestras fronteras. “Desillusioned” (Desilusionado) fue retitulado, en los Estados Unidos, “Derecho viejo”; ¿qué melancolía habrán captado los norteamericanos en esas notas compadritas para darles tal título?
Nota: Para demostrar que nuestra música popular es internacional podemos ver este tango interpretado por Pan American Symphony Orchestra, dirigida por Sergio Alessandro Buslje de Washington DC.
Tango: Derecho Viejo (Instrumental)
Compositor: Eduardo Arolas
Intérprete: Pan American Symphony Orchestra
Las letras de Tango reflejan la vida misma. Reflejan el dolor, el placer, la nostalgia, alegrías y tristezas. A través de ellas te invito a pensar!