miércoles, 8 de enero de 2014

Feliz aniversario... "pibe" Rufino!!!!

Roberto Rufino
El 6 de enero de 1922, en Agüero 753 -barrio porteño del Abasto-, nacía Roberto “El pibe” Rufino, (quien fuera anotado en el Registro Civil un 8 de enero de 1922), hijo de Lorenzo Rufino y Agustina Guirin.  

(“El nene” Rufino, apodos que se ganó por haber debutado con pantalones cortos, ya que en esos tiempos los pantalones largos recién se utilizaban entre los 13 y 15 años)… 

Roberto Rufino fue, un decidor, un fraseador, un intérprete que sabía perfectamente cuál era el mensaje de lo que estaba cantando.

Agüero y Guardia Vieja, estaba el café O'Rondeman, donde supo soltar sus primeros gorjeos Carlos Gardel. Allí, Roberto Rufino, “El pibe del abasto”, como se lo llamaba en aquel café debutó profesionalmente… Poco después, en el Petit Salón, debutó con la orquesta de Antonio Bonavena, autor de "Pájaro ciego" y tío del futuro boxeador.

Pero estamos aún en la prehistoria del cantor y 1938 será el año clave. Carlos Garay, representante de Carlos Di Sarli, lo oyó cantar el tango de Di Sarli y Enrique Carrera Sotelo "Milonguero viejo", se lo hizo saber a su representado y éste lo incluyó en su orquesta, con la que el cantor accedió al disco el 11 de diciembre de 1939, con el tango "Corazón", de Di Sarli y Héctor Marcó. La fama ya lo había tocado con su varita mágica y «a los 21 o 22 años, tenía un historial discográfico sin precedentes», señala el periodista Jorge Sturla.

En efecto, llegó a grabar, junto a Di Sarli, 46 páginas. Entretanto, tuvo dos breves paréntesis, con las orquestas de Alfredo Fanuele (1941) y Emilio Orlando (1942), para retornar con "El Señor del Tango" en 1943.

Un año más tarde, se desvinculó de la orquesta que lo lanzó a la popularidad; era tiempo ya de probar suerte como solista. Debutó en calidad de tal, acompañado por su orquesta, que puso bajo la batuta de Atilio Bruni, en Radio Belgrano, donde se lo llamó "El Actor del Tango".

Entre 1947 y 1950, volvió a convertirse en vocalista de orquesta ajena, las que dirigían Enrique Mario Francini-Armando Pontier y Miguel Caló, para continuar en calidad de solista entre 1952 y 1954. Durante los dos años siguientes, fue cantor de Roberto Caló, y luego siguió como solista, salvo breves intervenciones con algunos directores, como Francini (1957), Pontier (1961-1962), Aníbal Troilo (1962-1965) y Miguel Caló (1966, para registrar un larga duración).

Por otra parte, cada vez que pisaba un escenario parecía imposible poder bajarlo de él; era como si quisiera aferrarse para siempre al espectáculo y a la presencia de su hinchada. Con todo, en 1997 se hizo justicia: fue declarado "ciudadano ilustre de la Ciudad de Buenos Aires", y en 1998, "ciudadano ilustre de la cultura nacional". Era la culminación de su trayectoria; una culminación, sin duda alguna, merecida.

Para festejar el aniversario de su nacimiento, los invito a compartir el tango “La Novia Ausente”, con la especial presentación de Juan Carlos Mareco “Pinocho”.

Nota: Tratándose de un video de más de 25 años, grabado por un canal de TV, existen algunas fallas de imagen y sonido.

Tango: La Novia Ausente
Música: Guillermo Barbieri
Letra: Enrique Cadícamo
Intérprete: Roberto Rufino




Las letras de Tango reflejan la vida misma. Reflejan el dolor, el placer, la nostalgia, alegrías y tristezas. A través de ellas te invito a pensar!

Letra:
A veces repaso mis horas aquellas
cuando era estudiante y tú eras la amada
que con tus sonrisas repartías estrellas
a todos los mozos de aquella barriada.
¡Ah! las noches tibias... ¡Ah! la fantasía
de nuestra veintena de abriles felices,
cuando solamente tu risa se oía
y yo no tenía mis cabellos grises.

Íbamos del brazo
y tú suspirabas
porque muy cerquita
te decía: "Mi bien...
¿ves como la luna
se enreda en los pinos
y su luz de plata
te besa en la sien?"
Al raro conjuro
de noche y reseda
temblaban las hojas
del parque, también,
y tú me pedías
que te recitara
esta "Sonatina"
que soñó Rubén:
 

(Recitado:)
"¡La princesa está triste! ¿Qué tendrá la princesa?
Los suspiros se escapan de su boca de fresa.
Que ha perdido la risa, que ha perdido el color...
La princesa está pálida en su silla de oro,
está mudo el teclado de su clave sonoro
y en un vaso, olvidada, se desmaya una flor."

¿Qué duendes lograron lo que ya no existe?
¿Qué mano huesuda fue hilando mis males?
¿Y qué pena altiva hoy me ha hecho tan triste,
triste como el eco de las catedrales?
¡Ah!... ya sé, ya sé... Fue la novia ausente,
aquella que cuando estudiante, me amaba.