Alfredo Belusi |
Por esa época, desde la Provincia de Santa Fe, surgió otro color de voz emparentado con el tango recio. Nos referimos a Alfredo Belusi.
El juvenil Alfredo Belusi debutó a los 17 años como vocalista del cuarteto rosarino “Los Ases” de Leónidas Montero en el escenario del Club Social “Zona Sur” de Rosario. Además de Carlos Gardel, los ídolos de Belusi eran Floreal Ruiz (quien ejerció una influencia importante en el temperamento cantoral de Alfredo), Fiorentino y Raúl Berón. El vals de Vicente Romeo y Juan Andrés Caruso "Un placer", fue su primera interpretación en público. Actuó junto a este cuarteto 3 años.
En 1945, pasó a la orquesta de Raúl Bianchi con quien trabajó 7 años, recorriendo permanentemente las localidades de la provincia de Santa Fe y otras provincias del interior del país.
Otro paso importante en su carrera lo dio cuando en 1952, se sumó a la agrupación típica del maestro José Sala. Este conjunto era el más popular de Rosario y en esa condición grabaron una docena de temas aproximadamente para el sello Trío, de la ciudad de la bandera. El éxito de Sala fue tan grande que fueron contratados para trabajar en Buenos Aires. De tal suerte, en 1954, Alfredo Belusi llegó a la capital del tango.
José Sala y Alfredo Belusi debutaron en el salón “Tango Bar” de la calle Corrientes y en radio Belgrano, en programas para “Audición Federal”. También actuaron para el Canal 7 de TV. La orquesta se conformaba con estos componentes: José Sala al piano, Omar y Domingo Torres, Marcelo Bompresi y Américo Amal en bandoneones; Antonio Agri, Bonifacio Muñíz, Romano Di Paolo y Norberto Auteri en violines y Antonio Sánchez y/o Domingo Donaruma en contrabajo. Con el tiempo se sumaron otros músicos como Fernando Tell, Domingo Mattio, Eduardo Marino, Nito Farace, Del Bagno, Nichele y otros grandes músicos rosarinos.
Hacia 1956, José Basso reclamó los servicios cantorales de Alfredo Belusi, quien revistió en las filas del conjunto del ex - pianista de Troilo hasta el año 1960. De aquella época data su gran éxito, el tango “De puro curda” de Carlos Olmedo y Abel Aznar.
En 1960, Belusi pasó a trabajar con la agrupación del maestro Osvaldo Pugliese. Grabaron en el sello “Phillips” y registró media docena de títulos a dúo con Jorge Maciel. Luego de 4 años con Pugliese, retornó a las filas de José Basso, compartiendo los cantables con Héctor De Rosas.
En 1967, registró su mayor éxito, el tango “Se tiran conmigo”, de Ángel y Luis Díaz.
Desde 1969, Belusi inició su carrera como solista emparentado con el estilo de cantor de temple recia. Esto no quiere decir que no incluyera en su repertorio tangos sentimentales como “Desvelo” de Cadícamo o “Destellos” de Canaro y Caruso, sino que es justamente su figura y su voz, la que imprimía ese sello de fuerza varonil que lo caracterizaba. Así llegaron “Corrientes y Esmeralda”, “Y no le erré”, “El fanfa”, “De macho”, “A las siente en el café”, “Un infierno”, “Que te pasa Buenos Aires”, “Trasnochando” y los que había grabado antes como “Bronca”, “De pura curda” y “Se tiran conmigo”.
Actuó en “Caño 14” en la época difícil del tango, con el acompañamiento de Héctor Stamponi. También cantó en el “Rincón de los Artistas” de Álvarez Jonte y Boyacá. Grabó para los discos “Music-Hall” y realizó un par de giras muy exitosas al Japón, país que lo recibió con todos los honores. "Aporte: P. y C. Taboada"
Tango: El vino triste
Música: Juan D´arienzo
Letra: Manuel Romero
Orquesta: Don Osvaldo Pugliese
Intérprete: Alfredo Belusi
Letra:
Dicen los amigos que mi vino es triste,
que no tengo aguante ya para el licor,
que soy un maleta que ya no resiste
de la caña brava ni el macho sabor.
Y es que se ha muerto todo lo que existe
y entre copas quiero matar mi rencor...
Siempre estoy borracho desde que te fuiste,
siempre estoy borracho... pero es de dolor.
Amigos,
a todos pido perdon
si amargo y triston
lagrimeando me ven...
Quiero domar mi emoción
pero aflojo también
como todo varon.
Amigos,
cuando se tiene un pesar
dentro del corazón
no se puede evitar
que el vino se vuelva pesado y lloron
como el triste aletear
de mi canción.
Dicen los amigos que no soy el mismo,
que hoy en cuanto bebo me da por no hablar,
por arrinconarme con mi pesimismo
y que hace ya tiempo no me oyen cantar...
Y no saben ellos que no es la bebida
sino que me faltan el aire y la luz,
que en el alma llevo sangrando una herida
y voy por la vida cargando mi cruz...