Un canillita es un vendedor callejero de diarios y revistas, aunque también se puede atribuir la palabra a los puestos callejeros fijos.
Se considera que esta denominación surge debido a la repercusión del sainete "Canillita" de Florencio Sánchez. La obra recrea la situación de un niño de unos 15 años aproximadamente, que trabaja vendiendo diarios en la calle para mantener a sus padres, y que es tal su pobreza que tiene unos pantalones relativamente nuevos" que le han quedado cortos al crecer el personaje en su adolescencia mostrando así las "canillas".
La palabra "canillita" es entonces un lunfardismo que ha pasado a ser parte del idioma habitual de Argentina, Uruguay y Chile, inicialmente denominaba a los menores que vendían diarios callejeramente, luego a cualquier vendedor callejero de diarios cualquiera fuera su edad (desde fines de s. XX los vendedores callejeros de diarios casi han desaparecido totalmente por diversos motivos) y se ha trasladado el término "canillita" a los vendedores de diarios y revistas etc, fijos en puestos o "quioscos" de ventas de diarios y revistas.
Tango: Para vos canilla
Música: Horacio Quintana
Letra: Julio Martín
Intérprete: Ricardo Marín
Letra:
Manos laburantes moldearon tu arcilla,
mezcla milagrera de obrero y gorrión,
quien nace diariero morirá canilla,
cumpliendo en la vida la ley del pregón.
Por vos Buenos Aires se despierta al alba,
colgando en el aire sus trapos al sol,
sos el estribillo de un tango que arranca
allá entre las teclas de una redacción.
Canilla
quien peina canas diarieras
habra soñao cien quimeras
que el tiempo hizo mil astillas.
Canilla
peleando la vida a gritos
ganaste un kilo de amigos
que tu parada acaudilla.
Hermano
la noche me dio un barato
pa’ estar en tu esquina un rato
y evocar con tu pregón
una leyenda sencilla
que cuenta como a un canilla
la vida lo hizo gorrión.
Pegao a tu silbo anda siempre un tango,
hijo de la noche que se arrima a vos,
porque sabe en fija que tiene un amigo
en todos los sitios donde hay un pregón.
quien nace diariero morirá canilla,
cumpliendo en la vida la ley del pregón.
Por vos Buenos Aires se despierta al alba,
colgando en el aire sus trapos al sol,
sos el estribillo de un tango que arranca
allá entre las teclas de una redacción.
Canilla
quien peina canas diarieras
habra soñao cien quimeras
que el tiempo hizo mil astillas.
Canilla
peleando la vida a gritos
ganaste un kilo de amigos
que tu parada acaudilla.
Hermano
la noche me dio un barato
pa’ estar en tu esquina un rato
y evocar con tu pregón
una leyenda sencilla
que cuenta como a un canilla
la vida lo hizo gorrión.
Pegao a tu silbo anda siempre un tango,
hijo de la noche que se arrima a vos,
porque sabe en fija que tiene un amigo
en todos los sitios donde hay un pregón.