Sebastián Piana |
Su padre era peluquero y músico aficionado, tocaba varios instrumentos como el mandolín, la guitarra y el piano. Fue él quien lo alentó musicalmente desde pequeño, regalándole diversos instrumentos. Ya a los 10 años estudiaba música junto a su padre.
Estudió también en el instituto Musical Odeón, con el maestro D´Agostino. También realizó estudios junto a 2 importantes músicos argentinos: el virtuoso Ernesto Drangosch y el compositor Juan Francisco Giaccobbe. Debutó en un trío infantil cuando solo tenía 12 años. De manera profesional lo hizo cuando tenía 17 años en un cine de barrio tocando valses y fragmentos de óperas, Además era profesor de piano, esto refleja su precocidad en cuanto a la música. En 1922 se presentó por primera vez en radio. Cuatro años más tarde, en 1926, conoce a Homero Manzi con quién formara un equipo famoso por escribir numerosos tangos en los años siguientes. Hacia 1930 Rosita Quiroga le encargó a Homero Manzi que escribiera una milonga y éste le pidió a Piana que compusiera la música, para así poder escribir los versos. Fue ahí que compuso "Milonga del 900" en tan solo una hora. El final de la historia es más que irónico ya que "Milonga del 900" recién tuvo versos 3 años después de haber sido compuesta por Piana.
Siguió componiendo milongas acompañadas por los versos de Manzi, como: "Ropa Blanca" o la muy famosa "Negra María". Piana es, además, autor de "Milonga de los fortines", "Milonga de Juan Manuel", "Milonga de Puente Alsina" y también de un conjunto de músicas en colaboración con el poeta León Benarós, como "La Milonga de Arolas". La milonga por aquellos tiempos estaba relegada a tan sólo letra, fue Piana quien la renovó porque la música, según él (y según las reglas del Arte) era lo fundamental. Piana fue también autor de piezas que figuran entre los mejores tangos como "Silbando", "Tinta Roja", "De barro", "El pescante", "No aflojés", "El parque de artillería" y "Son cosas del ayer", entre otros.
Aún a los 90 años seguía componiendo y dando clases. Escribió alrededor de 500 obras y fue presidente de la Academia Porteña del Lunfardo. En 1985 recibió un Diploma al Mérito de los Premios Konex como uno de los 5 mejores compositores de tango de la historia en Argentina.
Obras
En la página de 'SADAIC' (Sociedad Argentina de Autores y Compositores de Música) hay 281 obras registradas, con: Nº, fecha de registro, título, subtítulo (de tenerlo) y autores.
Filmografía
He nacido en Buenos Aires (1959)
Derecho viejo (1951)
Vidalita (1949) (tema musical)
La canción que tú cantabas (1939)
Los caranchos de la Florida (1938)
El hombre que nació dos veces (1938)
Una porteña optimista (1937)
Tango: Silbando
Música: Sebastián Piana y Cátulo Castillo
Letra: José González Castillo
Intérprete: Susana Rinaldi
Las letras de Tango reflejan la vida misma. Reflejan el dolor, el placer, la nostalgia, alegrías y tristezas. A través de ellas te invito a pensar!
Letra:
Una calle en Barracas al Sud,
Letra:
Una calle en Barracas al Sud,
una noche de verano,
cuando el cielo es más azul
y más dulzón el canto del barco italiano...
Con su luz mortecina, un farol
en la sombra parpadea
y en un zaguán
está un galán
hablando con su amor...
cuando el cielo es más azul
y más dulzón el canto del barco italiano...
Con su luz mortecina, un farol
en la sombra parpadea
y en un zaguán
está un galán
hablando con su amor...
Y, desde el fondo del Dock,
gimiendo en lánguido lamento,
el eco trae el acento
de un monótono acordeón,
y cruza el cielo el aullido
de algún perro vagabundo
y un reo meditabundo
va silbando una canción...
gimiendo en lánguido lamento,
el eco trae el acento
de un monótono acordeón,
y cruza el cielo el aullido
de algún perro vagabundo
y un reo meditabundo
va silbando una canción...
Una calle... Un farol... Ella y él...
y, llegando sigilosa,
la sombra del hombre aquel
a quien lo traicionó una vez la ingrata moza...
Un quejido y un grito mortal
y, brillando entre la sombra,
el relumbrón
con que un facón
da su tajo fatal...
y, llegando sigilosa,
la sombra del hombre aquel
a quien lo traicionó una vez la ingrata moza...
Un quejido y un grito mortal
y, brillando entre la sombra,
el relumbrón
con que un facón
da su tajo fatal...
Y desde el fondo del Dock,
gimiendo en lánguido lamento,
el eco trae el acento
de un monótono acordeón...
Y, al son que el fuelle rezonga
y en el eco se prolonga
el alma de la milonga
va cantando su emoción.
gimiendo en lánguido lamento,
el eco trae el acento
de un monótono acordeón...
Y, al son que el fuelle rezonga
y en el eco se prolonga
el alma de la milonga
va cantando su emoción.