miércoles, 11 de diciembre de 2013

11 de diciembre, "Día Nacional del Tango"

Ben Molar
Ben Molar impulsó la instauración del "Día Nacional del Tango", que se festeja en todo el mundo cada 11 de diciembre, en conmemoración a las fechas de nacimiento de los creadores de dos vertientes del tango: "La Voz" (Carlos Gardel, el zorzal criollo, ídolo y figura representativa del tango) y "La Música" (Julio De Caro, gran director de orquesta y renovador del género).

Esta fecha nació de un modo más que especial. Era una noche de 1965. Ben Molar estaba parado en la esquina del tango, esquina que, según sus palabras, "es la que mis amigos Francisco Pacránico y Celedonio Flores hicieron que se llamara Corrientes y Esmeralda...". Iba camino de la casa de Julio De Caro para festejar su cumpleaños cuando le surgió la gran idea: asoció la fecha de nacimiento de De Caro con la de Carlos Gardel. Cayó en la cuenta de que, además de ser las dos grandes vertientes, eran los dos grandes creadores nacionales.

Presentó entonces la propuesta al Secretario de Cultura de la Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires, Ricardo T. Freixá, quien le pidió la conformidad de las entidades artísticas. Ben Molar consiguió así la conformidad de Sadaic, Argentores, Sade, Casa del Teatro, Sindicato Argentino de Músicos, Unión Argentina de Artistas de Variedades, Academia Porteña del Lunfardo, Radio Rivadavia, Fundación Banco Mercantil, La Gardeliana, Asociación Argentina de Actores y Asociación Amigos de la Calle Corrientes.

Once años más tarde, después de mucho recorrer y de observar cómo sus pedidos quedaban en cajones oficiales, amenazó cordialmente al Secretario de Cultura de la Municipalidad de Buenos Aires, Ricardo Freixa, con hacer una gran movilización radial, televisiva y gráfica anunciando la organización de un festival monstruo en el Luna Park en apoyo del 'Día del Tango'. Así, junto con una delegación de la Asociación Amigos de la Calle Corrientes, le pidió a Tito Lectoure el Luna Park para el 11 de diciembre.

A las dos horas del ultimátum se produjo el milagro: la promulgación del decreto anhelado durante tantos años. Así, el 29 de noviembre de 1977 Ben Molar recibió la noticia de que había sido firmado el Decreto Nº 5830/77 de la Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires.

El 11 de diciembre el festival se realizó con la presencia enfervorizada de espectadores que celebraron el anuncio de ese merecido 'Día del Tango' y vivaron de pie a sus máximos ídolos. Estuvieron presentes los más grandes músicos, orquestas, cantantes, animadores, locutores, periodistas y personalidades vinculadas con el tango. Esa noche, Julio De Caro recibió muy emocionado en el escenario el aplauso de unas 15 mil personas que cantaron su cumpleaños.

Sin embargo, para Ben Molar esto no fue suficiente: se propuso llevar las cosas a nivel nacional. El 23 de diciembre de ese año, a pedido del Secretario de Estado de Cultura de la Nación, Doctor Raúl Alberto Casal, organizó una despedida tanguera de ese año 1977 en el Teatro Nacional Cervantes. Pero, a cambio, Ben Molar le pidió la aprobación del decreto a nivel nacional. En el Cervantes actuaron entonces grandes intérpretes, orquestas, cantantes y animadores y, además, se dio lectura al Decreto Nº 3781/77 del 19 de diciembre de 1977, en el que quedó establecido el 'Día Nacional del Tango' para todos los 11 de diciembre.

(Ministerio de Educación de la Nación Subsecretaría de Coordinación Administrativa: http://www.me.gov.ar/efeme/diatango/dia.html)

A propósito de los dos grandes del Tango que dieron origen y sentido a la conmemoración de su día en esta fecha, quisiera compartir una breve reseña sobre quien fue indiscutidamente “la voz” del tango, el inigualable Carlos Gardel; y quien puso música y ritmo de 2x4 al género, el gran director de orquesta Julio De Caro.


Carlos Gardel
“El Zorzal Criollo”, “El Morocho del Abasto”, “El Bronce que sonríe”, “El que cada día canta mejor” o “Carlos Gardel” como se lo conoció sobre los escenarios locales e internacionales, se llamaba realmente Charles Romuald Gardès, quien nació un día 11 de diciembre de 1890 en Toulouse, Francia, en el hospital de La Grave, hijo de Bèrthe Gardès.

A los pocos años de vida, el pequeño Charles, junto a su madre, inmigraron a la Argentina en busca de mejor suerte. Sus primeros pasos fueron por los barrios porteños de Retiro, Monserrat y Los Corrales.

Charles se convertirá pronto en Carlitos, un muchacho despierto, simpaticón e irascible cuya única ansia consiste en alcanzar el lujo de los ricos y ganar montañas de dinero. Con dieciocho años desempeña toda clase de pequeños trabajos y ya deja oír su aterciopelada voz.

A principio del siglo XX el Tango comenzaba a hacer furor en París. Sus intérpretes más destacados viajaban al viejo continente y Carlos, mientras tanto, viendo entusiasmado aquel furor, decide cambiar su apellido de “Gardès” a “Gardel” y prueba fortuna en algunos cafés de los barrios bonaerenses, en los que se presenta con el sobrenombre de "El Morocho".

A finales de la década de 1920, la identificación de Gardel con el tango era ya un fenómeno de ámbito universal. Desde entonces nunca ha dejado de reconocerse su papel esencial en el desarrollo y difusión del tango y su condición de mejor intérprete de la historia del género.

Finalmente en 1925 Carlos Gardel decide cruzar el Atlántico para conquistar Europa, y así fue! Francia y España cayeron inmediatamente rendidas a sus pies, ante su talento y simpatía. Al respecto de su meteórico ascenso al estrellato escribió a su viejo compañero Razzano: "La venta de mis discos en París es fantástica; en tres meses se han vendido setenta mil". Bing Crosby, Charles Chaplin y Enrico Caruso se deleitan con canciones como "Mi noche triste", "Volver" o "No habrá más penas ni olvido".

Pero el Zorzal Criollo no se detuvo allí, los escenarios del canto no eran suficientes y zambulló de lleno en el mundo del cine, grabando éxitos como Flor de durazno, rodada en Argentina en 1917, Luces de Buenos Aires y Cuesta abajo, en Francia en 1931 y 1934, y Tango Bar, en Estados Unidos en 1935, además de Melodía de arrabal, El tango en Broadway, El día que me quieras y Cazadores de estrellas, entre otras, que contribuyeron a incrementar su fama, gracias a su magnífica voz y a su fascinante personalidad.

Su forma de cantar los pequeños dramas existenciales de sus tangos va a significar una revolución. Nadie es capaz de imitar el fraseo de Gardel ni su habilidad para metamorfosearse en los personajes de sus canciones. Además, su figura simpática, mezcla de pícaro y seductor siempre bien vestido y repeinado, se convierte en un modelo para los porteños. Ahora es un triunfador nato, modelo de "el que llegó", un mito rioplatense admirado por los hombres y adorado por las mujeres.

En 1934, después de haber recorrido los escenarios de Europa y Estados Unidos, Carlos Gardel inició una gira por toda Hispanoamérica que se extendió hasta junio 1935.


Julio De Caro
Julio De Caro nació en Buenos Aires un 11 de diciembre de 1889. Fue el segundo de 12 hijos. Sus padres -el músico de escuela, José De Caro De Sica y Mariana Ricciardi Villari- eran de origen italiano y estaban orgullosos de su ascendencia ilustre de poetas, literatos, políticos y artistas. Desde su infancia, a través de su padre, estuvo en permanente contacto con la música. En uno de los domicilillos donde vivieron, su padre instaló un conservatorio que, además, tenía un anexo de casa de venta de partituras e instrumentos musicales.

Su carrera se desarrolló a través de cuatro actividades principales: fue director, compositor, arreglista y violinista. Se convirtió en uno de los grandes intérpretes de la generación de 1910, pero a partir de 1923 creó un estilo original que lo convirtió en líder de su generación y modelo de las siguientes. En 1927 grabó su primer disco. Entre sus grandes éxitos cabe mencionar: "El malevo", "Boedo", "Berretín", "Nobleza de arrabal", "Flores negras", "Copacabana", "Tierra querida", "Sueño azul" y “Mala Junta” (su éxito más grande).

Con tan sólo 17 años, el talentoso De Caro, comenzó a rodearse de importantes figuras del tango, tales como De Bassi, Firpo, Arolas, Maffia, y Fresedo entre otros.

Luego, formó un sexteto con Francisco De Caro, Emilio De Caro, Pedro Maffia, Luis Petrucelli y Leopoldo Thompson.

En el año 1926 el mismísimo presidente de la Nación, Marcelo T. de Alvear, se declaró su admirador. Como retribución, De Caro compuso "Guardia Vieja", dedicado al presidente y que se convirtió en el éxito de la temporada.

Julio De Caro también viajó rumbo a Europa, donde el éxito de sus giras lo acompaño. Se presentó en Niza, donde tuvo como público al propio Carlos Gardel, que ofició desde su mesa de "presentador", y a la estrella internacional de cine, Carlos Chaplin, quien bailó el tango "El Monito". Pasó luego a Montecarlo, Cannes, Italia, Turín, Génova, Roma para terminar su gira París. 

Tal como venimos destacando, Julio De Caro ha sido un referente indiscutido de la música popular argentina, creando un estilo sin igual hasta el momento. Tiempo más tarde, dicha impronta fue tomada por el maestro Don Osvaldo Pugliese, quien grabó varios temas de su autoría.

Tango: Cuesta abajo
Música: Carlos Gardel
Letra: Alfredo Le Pera

Intérprete: Carlos Gardel


Las letras de Tango reflejan la vida misma. Reflejan el dolor, el placer, la nostalgia, alegrías y tristezas. A través de ellas te invito a pensar!

Letra:
Si arrastre por este mundo
la vergüenza de haber sido
y el dolor de ya no ser,
bajo el ala del sombrero
cuantas veces embozada
una lagrima asomada
yo no pude contener.

Si cruce por los caminos
como un paria que el destino
se empeño en deshacer;
si fui flojo, si fui ciego,
solo quiero que comprendan
el valor que representa
el coraje de querer.

Era, para mi la vida entera,
como un sol de primavera
mi esperanza y mi pasión.
Sabia, que en el mundo no cabia
toda la humilde alegria
de mi pobre corazón.
Ahora, cuesta abajo en mi rodada
las ilusiones pasadas
ya no las puedo arrancar.
Sueño, con el pasado que añoro,
el tiempo viejo que lloro
y que nunca volvera...

Por seguir tras de sus huellas
yo bebi incansablemente
en mi copa de dolor;
pero nadie comprendia
que si todo yo lo daba,
en cada vuelta dejaba
pedazos de corazón...

Ahora, triste en la pendiente,
solitario y ya vencido,
yo me quiero confesar;
si aquella boca mentia
el amor que me ofrecia
por aquellos ojos brujos
yo habria dado siempre mas...