sábado, 14 de mayo de 2016

Feliz aniversario, Alfredo Gobbi

Alfredo Gobbi
Alfredo Julio Floro Gobbi, más conocido como Alfredo Gobbi, nació en París, Francia el 14 de mayo de 1912. Fue un violinista, pianista, director de orquesta y compositor de tango. Era llamado “el violín romántico del tango”

Comenzó sus estudios de piano con el profesor Natalio Carnini, pero luego cambió ese instrumento por el violín. Era hijo de Alfredo Eusebio Gobbi.

Mientras sus padres trabajaban como artistas de variedades en Paris -su padrino de bautismo fue Ángel Villoldo-, pero antes de cumplir un año lo trajeron a Buenos Aires y pasó su infancia y adolescencia en el barrio porteño de Villa Ortúzar. Comenzó a estudiar piano a los 6 años y a los 10 pasó a practicar con el violín y pronto se destacó por sus cualidades. A los 10 años trabajaba en su barrio como canillita y comenzó a estudiar violín en el Conservatorio Falconi de Canning y Santa Fe con el profesor Natalio Carmini. A los 13 años debutó en un bar de Chacarita con un conjunto integrado por su amigo Orlando Goñi y el bandoneonista Domingo Triguero.

En 1926 compuso su primer tango “Perro fiel” y al año siguiente actuó en la orquesta del Teatro Nuevo, dirigida por el maestro Antonio Lozzi. En 1929 cambió transitoriamente el violín por el piano para tocar en solo en las tardes del Metropol. Posteriormente pasó por las orquestas de Juan Maglio Pacho, de Roberto Firpo, Tirigall, Manuel Buzón, Anselmo Aieta, Pardo, con quien estrenó su tango “Desvelo”, Avile y Antonio Rodio.

Cuando Gobbi ingresó en la orquesta de Manuel Buzón eran pianistas Orlando Goñi y Jaime Gosis. Cuando la deja formó otro sexteto con Aníbal Troilo y Alfredo Attadia en bandoneones, José Goñi en segundo violín y Agustín Furchi en contrabajo. Después vendrían el dúo con Osvaldo Pugliese, la orquesta de Pedro Laurenz donde fue primer violín, la de Do Reyes, la de Balliot y en Montevideo la de Pintín Castellanos.

A sus actuaciones agregaba una muy calificada producción autoral, “Desvelo” (1928), “Mi paloma”, “De punta y hacha” (1930) y “Cavilando”, “El andariego” (en homenaje a su padre), que lo ubicó entre los más destacados compositores del género. En 1942 formó su primera orquesta, que debutó en el cabaret Sans Souci de la Av. Corrientes. Junto a Gobbi que dirigía y tocaba el violín la integraban el pianista Juan Olivero Pro, los bandoneonistas Deolindo Casaux, Toto D'Amario, Mario Demarco y Ernesto Tito Rodríguez, el contrabajista Juan José Fantin, los violinistas Bernardo Hermino y Antonio Blanco y los cantores Julio Lucero (primer seudónimo del cantante Osvaldo Ribó), Walter Cabral y Pablo Lozano.

En 1945 debutó en radio y el 16 de mayo de 1947 hace su primera grabación con “La Viruta” de Vicente Greco y el vals “La Entrerriana” de Alfredo Gobbi (padre), cantado a dúo por Carlos Heredia y Hugo Soler.

Aunque inicialmente en su estilo musical se observaba similitud con el de Carlos Di Sarli –como puede comprobarse escuchando las grabaciones del tango “La viruta” hechas por Di Sarli en 1943 y Gobbi en 1947- luego se afirmó en un estilo emparentado con el de Julio de Caro. Si bien Gobbi tenía menos formación académica que de Caro, supo emplear y mejorar la mayoría de los efectos tangueros que usaba éste en su violín.

Filmografía
Barranca abajo (1937)
Amalia (1936)
Loco lindo (1936)


Milonga: A mis manos
Música: Alfredo Gobbi 
Letra: Julio Camilloni 
Intérprete: Alfredo del Rio 



Las letras de Tango reflejan la vida misma. Reflejan el dolor, el placer, la nostalgia, alegrías y tristezas. A través de ellas te invito a pensar!

Letra:
Mis manos nacieron ciegas 
y acunan sus locos sueños. 
No saben que no se puede 
tocar con ellas el cielo. 
Por eso golpearon puertas 
que a mis golpes no se abrieron. 
Ella ya estaba lejana 
y yo fui un mendigo ciego. 

Mis manos fueron dos llamas 
y solas se consumieron 
porque ella fue indiferente 
como una estatua de hielo. 
Por eso las tengo ahora 
como si fueran de yeso, 
dos manos desesperadas, 
aferradas a un recuerdo. 

¡Ay, cómo se equivocaron 
las ciegas manos que tengo! 
Mis manos puse en las manos 
de un amigo y tuve miedo. 
No fueron manos leales, 
se cumplió el presentimiento. 
La vez que se hicieron puño 
fueron dos puños de acero 
y me golpearon el rostro 
por no golpear rostro ajeno. 

¡Ay, cómo se equivocaron 
las ciegas manos que tengo! 
Soldado del infortunio 
llevo un brazalete negro. 
¡Se llevaron a mi madre 
y ellas no la detuvieron! 
Fue el error más lamentable 
que mis manos cometieron... 
Ayudaron a llevarla... 
¡Nunca sabrán lo que han hecho! 

¡Ay, cómo se equivocaron 
las ciegas manos que tengo!