jueves, 7 de enero de 2016

Feliz aniversario, Carlos Di Sarli

Carlos Di Sarli
Cayetano Di Sarli, más conocido como Carlos di Sarli, nació en Bahía Blanca, Provincia de Buenos Aires, el 7 de enero de 1903. Apodado "El Señor del Tango" fue un director de orquesta, compositor y pianista considerado una importante figura dentro de la música de tango. 

Su padre fue Miguel di Sarli, italiano, que tuvo 3 hijos, Ana María y Antonio, de un primer matrimonio. Cuando enviuda emigra primero a Uruguay y luego a Argentina. Se casó con Serafina Russomano, que era hermana del tenor Tito Russomano, con la cual tuvo otros 6 hijos: José, Miguel, Nicolás, Domingo, Cayetano y Roque, estos 2 últimos nacidos en la ciudad de Bahía Blanca donde se había instalado la familia.

El jefe de la familia tenía una armería en la calle San Martín 44 y todos vivían en una casa de la calle Buenos Aires (hoy Yrigoyen). Cayetano (que con el tiempo cambiaría su nombre por el de Carlos) concurre a estudias al Colegio Don Bosco. La música estaba presente en la familia: su hermano Domingo era profesor en el conservatorio Williams, de Bahía Blanca, Nicolás llegó a ser un renombrado barítono y Roque, el menor, fue pianista al igual que Carlos.

En el conservatorio donde enseñaba su hermano, Carlos Di Sarli estudia música y se familiariza con los clásicos. Le gustaba tocar el piano y tuvo desde chico el propósito de viajar a Buenos Aires. Los tangos los escuchaba en el fonógrafo a bocina y en cafés de la ciudad, en los que a veces se prestaba a utilizar sus dotes de pianista clásico para tocarlos él mismo.

A los 13 años se hizo una escapada incorporándose a una compañía de zarzuelas con la que hizo una gira por varias provincias ejecutando música popular, incluyendo tangos. Más adelante tocaba el piano en un cine acompañando películas mudas y en una confitería de la ciudad de Santa Rosa, provincia de La Pampa, ambas de propiedad de Mario Manara, connacional y amigo de su padre, lo que hizo durante unos 2 años. En 1919 regresó a Bahía Blanca y formó su primera orquesta con la que actuó en Bahía Blanca en el Café Express, ubicado en la esquina de Zelarrayán y Buenos Aires y en el Café Moka, de O´Higgins 50. También hicieron giras por La Pampa, Córdoba, Mendoza, San Juan y Salta. Finalmente, en 1923 se trasladó con su hermano Roque a vivir a Buenos Aires cuando ya era autor del tango “Meditación”.

Por intermedio del músico Alberico Spatola, autor del tango “El trece”, con el que tenía un cierto parentesco y que era director de la banda de la policía de Buenos Aires, obtuvo que el bandoneonista Anselmo Aieta lo incorporara a su conjunto. A comienzos de 1924 integró una formación dirigida por el violinista Juan Pedro Castillo y, más adelante, el trío de Alejandro Scarpino, el autor del tango Canaro en París. También acompañó a Olinda Bozán en grabaciones y trabajó con un sexteto en el cabaret "Chantecler".

Por recomendación del violinista José Pécora se incorporó en 1926 a la orquesta de Osvaldo Fresedo y actuó en la inauguración del teatro Fénix del barrio de Flores. Osvaldo Fresedo tuvo una influencia muy importante en el estilo que cultivaría con sus propios conjuntos, llegaron a ser muy amigos y en testimonio de su admiración y gratitud Di Sarli, le dedicó a Fresedo el tango “Milonguero viejo” que compuso entre 1927 y 1928. En la misma época Juan "Pacho" Maglio y José María Rizzutti graban su tango “Meditación”.

Entre fines de 1927 y comienzos de 1928 formó su primer sexteto que contaba con los violinistas José Pécora y David Abramsky, los bandoneonistas César Ginzo y Tito Landó y el contrabajista Adolfo Kraus, además del propio Di Sarli que dirigía desde el piano, con el cual actuó en confiterías, en Radio Cultura. Los cantores Santiago Devin, Ernesto Famá y Fernando Díaz acompañaron al sexteto en grabaciones y actuaciones radiales. Entre el 26 de noviembre de 1928 y el 14 de agosto de 1931 registró 48 temas, que incluían los tangos “T.B.C.” de Edgardo Donato, “Maldita” de Antonio Rodio y Celedonio Flores y “La guitarrita” y “Una noche de garufa” ambos de Eduardo Arolas.

En 1930 mientras actuaba en el Café "El Germinal" tuvo un incidente con uno de los dueños que no entendía que Di Sarli usaba en el escenario anteojos negros no por capricho sino por prescripción médica luego de accidente que le ocurriera a los 13 años, por lo que dejó el local y se marchó con su orquesta a Bahía Blanca, donde comenzó a actuar en la Confitería "La Central", de Punta Alta, con una orquesta de señoritas en tanto hacía radio para LU2.

En 1932 Antonio Rodríguez Lesende se incorporó a la orquesta como su primer cantor estable. En 1934 Di Sarli dejó la orquesta y se radicó en Rosario, provincia de Santa Fe donde integró un pequeño conjunto con el conocido bandoneonista Juan Cambareri, el violinista Alberto Saikievich y el cantor Roberto Pieri. El sexteto siguió actuando sin Di Sarli; inicialmente mantuvo su nombre pero luego a raíz de las actuaciones en la confitería "Novelty" pasó a llamarse Orquesta Novel. A pedido de sus integrantes Di Sarli se reincorporó temporalmente en 1935 para reemplazar al pianista Ricardo Canataro que estaba enfermo.

A fines de 1938 Di Sarli reorganizó su orquesta y en enero de 1939 debutó en Radio El Mundo. En esta etapa seguía tocando el piano y ejerciendo la dirección del conjunto que integraban los violinistas Roberto Guisado, Ángel Goicoechea y Adolfo Pérez; los bandoneonistas Roberto Gianitelli, Domingo Sánchez y Alberto Mititieri, el contrabajista Domingo Capurro y el cantor Ignacio Murillo, luego reemplazado por Roberto Rufino que en ese momento tenía 16 años. Con esta formación el 11 de diciembre de 1939 graba los tangos, “Corazón” (de su autoría, con letra de Héctor Marcó), cantado por Roberto Rufino y “Retirao”, de Carlos Posadas.

Es del año 1958, además de Di Sarli como pianista y director contaba con los violines de Roberto Guisado, Elvino Vardaro. A. Rouco, Szymsia Bajour, Carlos Arnaiz, Juan Schiaffino, C. González y A. Rossi; los bandoneones: Félix Verdi, José Libertella, Julián Plaza, A. Marcucci y D. Sánchez, el contrabajo de A. Sciarretta y las voces de Horacio Casares y Jorge Durán.

En tiempos del sexteto los cantores fueron Santiago Devin, Ernesto Famá, Fernando Díaz, Antonio Rodríguez Lesende, Roberto Arrieta e Ignacio Murillo, en ese orden. En la orquesta Roberto Rufino fue el primer cantor, seguido por Antonio Rodríguez Lesende, Agustín Volpe, Carlos Acuña, Alberto Podestá, otra vez Roberto Rufino, nuevamente Alberto Podestá, Osvaldo Cabrera, por tercera vez Roberto Rufino, otra vez Alberto Podestá, Jorge Durán, Raúl Rosales, por cuarta vez Alberto Podestá, Osvaldo Cordó, Oscar Serpa, Mario Pomar, nuevamente Oscar Serpa, Argentino Ledesma, Rodolfo Galé, Roberto Florio, y finalmente Jorge Durán otra vez y Horacio Casares.

Al comienzo su música tenía una estructura más bien simple, a medida que fue madurando devino más lírica y rica en matices y sutilezas pero siempre agradable para los bailarines pues mantenía un ritmo claro que ayudaba a los principiantes y tenía al mismo tiempo la complejidad suficiente para los avanzados. De ahí que su orquesta era una de las grandes animadoras de los bailes de Carnaval y que desde las grabaciones sigue presente en las milongas.

Di Sarli no encajaba en los cánones de la guardia vieja ni en los del tango de la revolución decariana, sino que encontró su propio estilo sin concesiones a la moda del momento. Tuvo la influencia de Fresedo en sus comienzos pero sólo como un antecedente ya que pronto se diferenció y tomó su propio camino.

Fue un talentoso ejecutante de piano. Desde su instrumento dirigía la orquesta dominando la sincronía y la ejecución del conjunto. En el estilo de Di Sarli no había solos de instrumentos, la fila de bandoneones cantaba por momentos la melodía, pero tenía un papel esencialmente rítmico y milonguero. Sólo el violín se destacaba de un modo extremadamente delicado, en algún solo breve o en un contracanto. Su fecunda inventiva estuvo prevalentemente consagrada a la mano izquierda en la cual, con excelente y purísimo sonido, creó una manera de decir, de acentuar, de modular, de "rellenar" y de "bordonear" que era una pieza fundamental en el estilo del músico, encadenando los compases de la obra y acentuando un ritmo delicado y elegante, especial para la danza.

A Carlos Di Sarli le fueron dedicados varios tangos: “Di Sarli” (1945) de Félix Láurenz y Pedro Casella, “Adiós a Carlos Di Sarli” (1960) de José Nieto y Alberto Hilarión Acuña", “Adiós, milonguero” (1960) de Arturo Gallucci y Osvaldo Tarantino, “Carlo” (1960) de Aníbal Troilo, “Sinfonía para un recuerdo” de Arturo D. Frontini y Domingo Lahourcade y “Al maestro con nostalgia” (1979) de Carlos García. En Bahía Blanca hay una calle Di Sarli a 20 cuadras de la Plaza Rivadavia, la principal de esa ciudad. En la calle Irigoyen a la altura del número 511 hay una referencia en la acera que recuerda que allí estuvo su casa natal y en la esquina de Irigoyen al 600 está la Plazoleta Carlos Di Sarli, en la que hay un pequeño monumento con un busto del músico. El 27 de agosto en el “Teatro de la Ribera” sito en Pedro de Mendoza 1821, en el barrio de La Boca y como parte del Festival y Mundial de Tango de la ciudad de Buenos Aires se llevó a cabo un homenaje a Di Sarli protagonizado por la cantante Gaby, secundada por el maestro Norberto Vogel, el bailarín y coreógrafo Jesús Velázquez. Además, el historiador y abogado Eduardo Giorlandini hizo una reseña sobre la vida y obra del pianista bahiense. En la plaza del tango sita en Av. Cerri 750, lindante a la Estación de Bahía Blanca hay un monumento a Carlos Di Sarli efectuado en madera de zoita, de 250 kg de peso efectuado por el escultor Celso Biondo. En su ciudad natal en el mes de octubre se realiza el Festival Nacional de Tango "CARLOS DI SARLI", el primero fue realizado del 30 de septiembre al 2 de octubre de 2011.

El pasado 4 de octubre se presentó la primera obra biográfica del maestro Carlos Di Sarli.

Obras como “Bahía Blanca”, “Milonguero viejo” o “Nido gaucho” son sólo algunas de las páginas que Di Sarli legó a nuestra música popular. Tuvo una vida breve y signada por injusticias humanas que relegaron su recuerdo y evocación durante décadas. Eduardo Giorlandini, abogado de profesión, profesor universitario, miembro de la Academia Porteña del Lunfardo y conferencista; Gabriela A. Biondo, Lic. en Comunicación Social y cantante y José A. L. Valle, Lic. en Historia, empresario, productor de espectáculos y representante de artistas, fueron los encargados de reivindicar la figura del maestro tanguero y comenzar a reducir la deuda que los hacedores y difusores del tango guardan con Di Sarli.

En el marco de los Festejos del 185 aniversario de la ciudad de Bahía Blanca se estrenó el 10 de abril de 2013 el film documental “Carlos Di Sarli, El Señor del Tango”. Dirigido por Alberto Frenquel.

Obras
Nido gaucho (letra de Héctor Marcó)
Verdemar (letra de José María Contursi)
Porteño y bailarín' (letra de Héctor Marcó)
Bien frappe (letra de Héctor Marcó)
Otra vez carnaval (letra de Francisco García Jiménez)
Bahía Blanca.
Juan Porteño (letra de Héctor Marcó)
Milonguero viejo.
Corazón (letra de Héctor Marcó)
En un beso la vida (letra de Héctor Marcó)
La capilla blanca (letra de Héctor Marcó)
Tangueando te quiero (letra de Héctor Marcó)
Cuatro vidas (letra de Héctor Marcó)
Así era mi novia (letra de Héctor Marcó)
Chiquetera.
Callorda.
Che, francés, vení.
Pobre buzón.
Porqué le llaman amor.
De qué podemos hablar.
Rinconcito de alegría.
Negando el perdón.
Llanto en el corazón.
Cortando camino.


Tango: Nido gaucho
Música: Carlos Di Sarli
Letra: Héctor Marcó
Intérprete: Ariel Ardit



Las letras de Tango reflejan la vida misma. Reflejan el dolor, el placer, la nostalgia, alegrías y tristezas. A través de ellas te invito a pensar!

Letra:
Luciendo su color de esperanza
viste el campo
su plumaje
y el viento hace vibrar sus cordajes
en los pastos
y en la flor.
Yo tengo mi ranchito en la loma
donde cantan
los zorzales...
Margaritas
y rosales
han brotado para ti,
porque un día será ese nido gaucho
de los dos.

Florecerán mis ilusiones
y se unirán los corazones.
Dime que sí,
que la noche pampera abrirá
y su rayo de luna pondrá
luz de amor en tus ojos.
No digas no,
que el dolor secará mi rosal
y en la cruz de mi rancho el zorzal
morirá por tu amor.

Mañana, cuando el sol se ilumine,
entre gotas de rocío
el llanto de este cariño mío
sobre el trébol pisarás.
Recuerda que por ti lo he vertido
y si sientes mi tormento,
golondrina,
cara al viento,
tus dos alas
abrirás...
Y de un solo vuelo mis tristezas
matarás.