Las letras de Tango reflejan la vida misma. Reflejan el dolor, el placer, la nostalgia, alegrías y tristezas. A través de ellas te invito a pensar!
Letra: La Boca... Callejón... Vuelta de Rocha... Bodegón... Genaro y su acordeón...
Canzoneta, gris de ausencia, cruel malón de penas viejas escondidas en las sombras del figón. Dolor de vida... ¡Oh mamma mia!... Tengo blanca la cabeza, y yo siempre en esta mesa aferrado a la tristeza del alcohol.
Cuando escucho "Oh sole mio" "Senza mamma e senza amore", siento un frío acá en el cuore, que me llena de ansiedad... Será el alma de mi mamma, que dejé cuando era niño. ¡Llora, llora, Oh sole mio; yo también quiero llorar!
La Boca... Callejón... Vuelta de Rocha... Ya se van Genaro y su acordeón...
¡De mi ropa, qué me importa si me mancho con las copas que derramo en mi frenético temblor! Soñé a Tarento en mil regresos, pero sigo aquí, en la Boca, donde lloro mis congojas con el alma triste, rota, sin perdón.
Las letras de Tango reflejan la vida misma. Reflejan el dolor, el placer, la nostalgia, alegrías y tristezas. A través de ellas te invito a pensar!
Letra: Si arrastré por este mundo la vergüenza de haber sido y el dolor de ya no ser. Bajo el ala del sombrero cuantas veces, embozada, una lágrima asomada yo no pude contener... Si crucé por los caminos como un paria que el destino se empeñó en deshacer; si fui flojo, si fui ciego, sólo quiero que hoy comprendan el valor que representa el coraje de querer.
Era, para mí, la vida entera, como un sol de primavera, mi esperanza y mi pasión. Sabía que en el mundo no cabía toda la humilde alegría de mi pobre corazón. Ahora, cuesta abajo en mi rodada, las ilusiones pasadas yo no las puedo arrancar. Sueño con el pasado que añoro, el tiempo viejo que lloro y que nunca volverá.
Por seguir tras de su huella yo bebí incansablemente en mi copa de dolor, pero nadie comprendía que, si todo yo lo daba en cada vuelta dejaba pedazos de corazón. Ahora, triste, en la pendiente, solitario y ya vencido yo me quiero confesar: si aquella boca mentía el amor que me ofrecía, por aquellos ojos brujos yo habría dado siempre más.
Sir Charles Spencer «Charlie» Chaplin, más conocido como Charles Chaplin, nació en Londres, Inglaterra, Reino Unido el 16 de abril de 1889. Fue actor, humorista, compositor, productor, guionista, director, escritor y editor inglés. Adquirió gran popularidad en el cine mudo gracias a las múltiples películas que realizó con su personaje Charlot. A partir de entonces, es ampliamente considerado un símbolo del humorismo y del cine mudo. Para el final de la Primera Guerra Mundial, era uno de los hombres más reconocidos de la cinematografía mundial.
Hijo de un humilde matrimonio de artistas de variedades, su padre falleció siendo él muy pequeño y su madre sufría trastornos mentales, por lo que pasó parte de su infancia y su adolescencia en la calle o acogido en distintos orfanatos. Debutó en escena a los ocho años de edad y continuó actuando en distintas compañías ambulantes hasta que logró destacar en una de las más célebres de Londres.
A los veintiún años se trasladó a Estados Unidos, donde se dedicó al medio cinematográfico. En el filme Carreras de autos para niños, del año 1914, aparece por primera vez el personaje de Charlot: un vagabundo que viste pantalones de anchas perneras, calza unos zapatos desmesurados, se toca con un bombín, lleva un bastón de bambú y luce un característico bigote.
En 1915, contratado por Essanay, realizó varias películas, entre las que destaca El vagabundo, en las cuales quedó definitivamente fijado el peculiar universo de Charlot. De la Essanay pasó a la Mutual, en 1916; en aquel momento era ya el actor de cine mejor pagado de la época. Al mismo tiempo comenzó a asumir responsabilidades de dirección.
En 1918 fue contratado por un millón de dólares por la First National para realizar ocho películas en un lapso de cinco años; se consagró entonces como genio de la pantalla con filmes como Vida de perro, Armas al hombro y El chico. En 1919 fundó junto con Mary Pickford, Douglas Fairbanks y D. W. Griffith la United Artists Corporation, que duraría hasta el año 1952. Sin embargo, hasta el final de su contrato con la National no pudo empezar a trabajar en su propia productora. En 1921 realizó un viaje por todo el mundo. Su fama ya era universal y fue acogido triunfalmente en todas partes.
Una vez pudo disponer de absoluta libertad para escribir, dirigir y producir sus propios proyectos, el carácter humorístico y sentimental de sus películas derivó hacia la tragedia y la sátira, siempre manteniendo un estilo interpretativo inimitable, cimentado en el arte del mimo y del payaso circense. La llegada del cine sonoro a finales de los años veinte no perjudicó la efectividad de su pantomima: sus filmes encontraban permanentemente nuevas audiencias.
Engrosaron su filmografía Una mujer de París, La quimera del oro, El circo, Luces de la ciudad y Tiempos modernos, donde se agudiza su crítica social. Todas ellas fueron sendos éxitos de taquilla. Siguieron luego las dos últimas películas que rodó en Estados Unidos: su primera cinta sonora, El gran dictador, en la que Charlot es la contrafigura de Hitler, y Monsieur Verdoux, donde aparece por última vez el personaje de Charlot.
La mordacidad con que Chaplin criticaba problemas sociales y satirizaba muchos de los aspectos de la vida estadounidense creó mucha polémica. Acusado de comunista en el ambiente enrarecido de la llamada caza de brujas, y perseguido por el escándalo que originó el último de sus cuatro matrimonios (con Oona O'Neill, hija del dramaturgo Eugene O'Neill, que contaba sólo dieciocho años), terminó por abandonar Estados Unidos.
Viajó a Europa y se instaló en Vevey (Suiza). Aún produjo tres filmes más, en Londres: Candilejas, La condesa de Hong Kong y Un rey en Nueva York. Fruto de su matrimonio con Oona nació Geraldine Chaplin, que seguiría los pasos de su padre como actriz de cine. En 1972 regresó a Estados Unidos a recoger el Oscar que le había concedido la Academia de Hollywood por el conjunto de su obra. A lo largo de una trayectoria de 79 películas, combinó de manera prodigiosa lo humorístico, lo dramático y lo satírico. La genial creación del personaje de Charlot, cómico y patético al mismo tiempo, se ha convertido en un mito del siglo XX.
Las letras de Tango reflejan la vida misma. Reflejan el dolor, el placer, la nostalgia, alegrías y tristezas. A través de ellas te invito a pensar!
Letra: Corrientes 3, 4, 8, segundo piso, ascensor. No hay porteros ni vecinos. Adentro, cocktail y amor. Pisito que puso Maple: piano, estera y velador, un telefón que contesta, una victrola que llora viejos tangos de mi flor y un gato de porcelana pa' que no maulle al amor.
Y todo a media luz, que es un brujo el amor, a media luz los besos, a media luz los dos. Y todo a media luz crepúsculo interior. ¡Qué suave terciopelo la media luz de amor!
Juncal 12, 24 Telefoneá sin temor. De tarde, té con masitas; de noche, tango y cantar. Los domingos, tés danzantes; los lunes, desolación, Hay de todo en la casita: almohadones y divanes; come en botica, cocó; alfombras que no hacen ruido y mesa puesta al amor.
Las letras de Tango reflejan la vida misma. Reflejan el dolor, el placer, la nostalgia, alegrías y tristezas. A través de ellas te invito a pensar!
Letra: Decí, por Dios, ¿qué me has dao, que estoy tan cambiao, no sé más quien soy? El malevaje extrañao, me mira sin comprender... Me ve perdiendo el cartel de guapo que ayer brillaba en la acción... ¿No ves que estoy embretao, vencido y maniao en tu corazón?
Te vi pasar tangueando altanera con un compás tan hondo y sensual que no fue más que verte y perder la fe, el coraje, el ansia 'e guapear. No me has dejao ni el pucho en la oreja de aquel pasao malevo y feroz... ¡Ya no me falta pa' completar más que ir a misa e hincarme a rezar!
Ayer, de miedo a matar, en vez de pelear me puse a correr... Me vi a la sombra o finao; pensé en no verte y temblé... ¡Si yo, -que nunca aflojé- de noche angustiao me encierro a yorar!... Decí, por Dios, ¿qué me has dao, que estoy tan cambiao, no sé más quien soy?