Las letras de Tango reflejan la vida misma. Reflejan el dolor, el placer, la nostalgia, alegrías y tristezas. A través de ellas te invito a pensar!
Letra: Barrio plateado por la luna, rumores de milonga es toda su fortuna. Hay un fueye que rezonga en la cortada mistonga, mientras que una pebeta, linda como una flor, espera coqueta bajo la quieta luz de un farol.
Barrio... barrio.. que tenés el alma inquieta de un gorrión sentimental. Penas...ruego... ¡esto todo el barrio malevo melodía de arrabal! Barrio... barrio... perdoná si al evocarte se me pianta un lagrimón, que al rodar en tu empedrao es un beso prolongao que te da mi corazón.
Cuna de tauras y cantores, de broncas y entreveros, de todos mis amores. En tus muros con mi acero yo grabé nombres que quiero. Rosa, "la milonguita", era rubia Margot, en la primer cita, la paica Rita me dio su amor.
El Día del Bandoneón se conmemora el 11 de julio de cada año en la Argentina. Esta fecha fue elegida por ser la del nacimiento de quien se considera el “Bandoneón mayor de Buenos Aires“, el maestro Aníbal Troilo, alias “Pichuco”, que nació en Buenos Aires el 11 de julio de 1914 y fue un distinguido bandoneonista, compositor, director de orquesta de tango. Su orquesta comenzó a experimentar con nuevas sonoridades y temáticas. Por todo esto fue que la fecha de su nacimiento conmemora el día del bandoneón.
El 11 de julio de 2005, el Congreso de la Nación Argentina declaró esa fecha como Día Nacional del Bandoneón mediante la ley 26.035, sancionada el 18 de mayo de 2005. Los propulsores de esta ley fueron Francisco Torné, nieto de Zita Troilo, y el poeta Horacio Ferrer, amigo del músico y presidente de la Academia Nacional del Tango.
En el Día Nacional del Bandoneón queremos mencionar algunos de los más importantes bandoneonistas que hicieron grande a nuestra música popular y por ende, reconocidos mundialmente y para que así, la UNESCO, nos declarara Patrimonio Cultural de la Humanidad.
Tango: ... Música: ... Letra: ... Intérprete: ...
Las letras de Tango reflejan la vida misma. Reflejan el dolor, el placer, la nostalgia, alegrías y tristezas. A través de ellas te invito a pensar!
Aníbal Carmelo Troilo, bandoneonista, compositor y director de orquesta, nació el 11 de julio de 1914, en la calle Cabrera 2937, entre Anchorena y Laprida, barrio porteño del Abasto, Capital Federal.
Sus padres se llamaban Felisa Bagnoli y Carmelo Troilo. Su padre le pondría el seudónimo de “Pichuco”, nombre por el cual llamaban a uno de sus mejores amigos; el apodo podría ser una deformación del napolitano picciuso que significa "llorón". Tuvo 2 hermanos, un varón, Marcos, y una mujer, Concepción.
Durante su niñez, Troilo escuchaba tocar el bandoneón en los bares de su barrio. A los 10 años convenció a su madre para que le comprara su primer bandoneón… “el fueye me atraía tanto como una pelota de fútbol. La vieja se hizo rogar un poco, pero al final me dio el gusto y tuve mi primer bandoneón: 10 pesos por mes en 14 cuotas. Y desde entonces nunca me separé de él” comentó “Pichuco”… Con ese bandoneón, Troilo tocó casi toda su vida.
Un año después, en 1925 “Pichuco” realizó su primera actuación, tocó el bandoneón en un evento benéfico del Petit Colón, un cine del barrio del Abasto. A pedido del dueño del cine, pasó a integrar la orquesta estable del mismo. A los 14 años ya había formado un quinteto.
En diciembre de 1930 fue contratado para formar parte del famoso conjunto Vardaro-Pugliese que daba espectáculos en el Metropol de la calle Lavalle. La agrupación estaba integrada por Osvaldo Pugliese al piano, Alfredo Gobbi y Elvino Vardaro en violines, Miguel Jurado y Aníbal Troilo en bandoneones y Luis Adesso en contrabajo.
Troilo pasó por numerosas orquestas, entre otras, las de Juan Maglio Pacho, Julio de Caro, Juan D'Arienzo, Ángel D'Agostino y Juan Carlos Cobián.
Con su orquesta trabajó casi ininterrumpidamente, tanto en presentaciones en vivo como en grabaciones. Desde 1953 hasta mediados de los años 60, Troilo mantuvo durante un tiempo una actividad musical paralela a la de su orquesta en dúo junto al guitarrista Roberto Grela, que después se convirtió en el Cuarteto Troilo-Grela. En 1968, ya distanciado de Grela, formó su propio cuarteto. Además de esto, Troilo grabó dos temas “El motivo” y “Volver” a dúo de bandoneones junto a Astor Piazzolla.
En 1933, Troilo participó en la película “Los tres berretines”, en un trío con José María Rizzutti en piano y Vicente Tagliacozzo ejecutando el violín. Su asenso fue meteórico. El poeta Julián Centeya lo bautizó como “El Bandoneón Mayor de Buenos Aires”. Troilo fue autor de 60 excelentes Tangos. Los músicos que lo acompañaron en su carrera musical han elogiado cada aspecto de su persona. Su talento fue sorprendente, por lo precoz y la grandeza de su aporte al género. Los entendidos, afirman que su grandeza radica en que su pasión era tal, que eso mismo lo elevaba. Troilo cerraba sus ojos cuando tocaba pero no pudo explicar el motivo. En ocasiones dijo que lo hacía porque se sentía dentro de sí mismo.
En homenaje a Homero Manzi, una noche interrumpió un juego de Bacarat se aisló en una habitación para componer en un rato su obra “Responso”, un lamento que está catalogado como uno de los tangos más brillantes de todas las épocas. Lo grabó pero luego se negaba a tocarlo. Lo ha hecho a pedido del público, pero se sabe que sufría cuando lo hacía.
Troilo fue un melodista extraordinario, talentoso para la composición como lo demuestra en obras de su autoría para letras de Homero Manzi “Barrio de tango”, “Sur”, “Discepolín”, “Che Bandoneón”, entre otros. Troilo tuvo en su orquesta al innovador del tango, Astor Piazzolla, a quien difirió con el orgullo de designarlo su arreglador. Troilo Siempre recordaba a Piazzola: “la gente quiere bailar, no perdamos el baile, porque si perdemos la milonga, sonamos”…. Decía “Pichuco”.
Tango: Quejas de bandoneón Música: Juan de Dios Filiberto Intérprete: Aníbal Troilo
José Libertella, nació en Calvera, provincia de Potenza, Basilicata, Italia, el 9 de julio de 1933 para luego radicarse con sus padres en la ciudad de Buenos Aires, en el barrio porteño de Villa Lugano, lugar donde conoció y se enamoró del tango luego de ver un vecino tocando el bandoneón.
Fue un bandoneonista, compositor, arreglador y director de orquesta. Entre sus obras se destacan “Rapsodia de arrabal”, “París otoñal”, “Universo”, “Bajo romántico” y “Organito arrabalero”, entre otros.
Al principio tocaba la verdulera pero después de oír el bandoneón cambio definitivamente de instrumento. Estudio con varios maestros, perfeccionándose luego con Francisco Requena y con Marcos Madrigal. Hasta que un día lo escuchó Humberto Canaro y le ofreció tocar junto a él.
En 1948, integró la fugaz orquesta de Alberto Suárez Villanueva y en 1950, la de Osmar Maderna donde conoció a Luis Stazo. Hasta 1955 tocó en la Orquesta Símbolo dirigida por Aquiles Roggero. Más tarde integró el conjunto de Ángel Vargas (cuando éste se separó brevemente de Ángel D’Agostino). En 1959 formó su propio conjunto que dirigió y arregló hasta 1966 y acompañó a Miguel Montero.
En 1967 creó el Quinteto Gloria para darle el marco orquestal a Edmundo Rivero en su gira por Japón, país en el que Libertella tiene editados 11 discos. Por esa época se presentó en la Avenida Corrientes en “Patio de Tango” y ofreció algunos conciertos en el Teatro Apolo.
El 23 de abril de 1973 fue una fecha fundamental en su trayectoria ya que junto con Luis Stazo crearon el Sexteto Mayor con presentación en “La Casa de Carlos Gardel”. “Pensar que cuando debutamos creíamos que el Sexteto iba a durar quince días” contó en una entrevista en el año 2003, cuando el Sexteto cumplía 30 años.
Con el Sexteto Mayor comienzan las giras por Argentina y por Latinoamérica, pero la primera gran ovación fue cuando en 1981 actúan en París en la inauguración de “Trottoirs de Buenos Aires”, donde estuvieron presentes entre otros Julio Cortázar, Yves Montand y Paloma Picasso.
Junto al Sexteto Mayor en los ‘80 abrió las puertas del mundo al tango con el espectáculo “Tango Argentino” y en el año 2003 ganó un Grammy Latino a Mejor álbum de Tango por su disco “Homenaje a Piazzolla”.
Tango: Nocturna Música: Julián Plaza Orquesta: Sexteto Mayor Intérprete: José Libertella
Haydée Mercedes Sosa, nació en la ciudad de San Miguel de Tucumán, República Argentina, el 9 de julio de 1935. Cabe destacar que el 9 de julio es el Día de la Independencia Argentina y que el texto que declaró independiente al país se firmó también en la ciudad de Tucumán.
Descendiente de calchaquies, su padre era un obrero de la industria azucarera que trabajaba en el ingenio Guzmán, mientras que su madre trabajaba de lavandera para familias más acomodadas.
Empezó a cantar profesionalmente temas populares argentinos cuando aún era una adolescente, pero su primer disco, “La voz de la zafra”, no apareció hasta 1962. Esta obra se considera precedente inmediato del movimiento del Nuevo Cancionero, iniciado en Argentina pero pronto expandido a todo el ámbito de América Latina, que pretendía rescatar los valores estéticos de la música folclórica y popular del continente.
En 1957 se radicó en Mendoza a raíz de su matrimonio con el músico Oscar Matus, con quien tuvo un hijo, Fabián Matus. Matus y Mercedes establecieron una sociedad artística con el poeta y locutor Armando Tejada Gómez que resultaría de gran trascendencia artística y cultural. Mendoza resultaría uno de los tres lugares entrañables de Mercedes Sosa, junto a Tucumán y Buenos Aires. Allí «se hizo mujer», dijo ella misma, nació su hijo y se formó artísticamente. Junto a esos tres lugares, Mercedes Sosa también destacaba su afecto especial por Montevideo, donde fue tratada por primera vez como una gran cantante, en una serie de actuaciones que realizó en Radio El Espectador y en Canal 12 de Montevideo.
Militó en el Partido Comunista de Argentina desde 1960 y a partir de 1965, tras una célebre actuación en el Festival Folclórico de Cosquín, provincia de Córdoba, Argentina, sumó la reivindicación política a su proyecto artístico para convertirse, junto con Jorge Cafrune y Atahualpa Yupanki, en uno de los símbolos vivos de la lucha contra las injusticias sociales y la discriminación del elemento indígena americano.
A esta nueva orientación correspondieron discos como “Yo no canto por cantar” (1966), “El grito de la tierra” (1970), “Cantata Sudamericana” (1971), “Hasta la victoria” (1972), “Traigo un pueblo en mi voz” (1973), “Alfonsina y el mar”, “Como la cigarra”, La maza”, “Gracias a la vida”, “Zamba para no morir”, “Dale alegría a mi corazón” y “Canción con todos”, entre una cantidad innumerables de éxitos más.
Un compromiso político que le valió la prohibición de sus discos durante los años de la dictadura militar argentina (1976-1983). Entre 1979 y 1982 vivió exiliada en Europa, primero en París y luego en Madrid.
A partir de la década de 1980 su sonido se enriqueció con aportaciones del tango, el jazz y el rock. Discos significativos de ese nuevo período fueron “Mercedes Sosa en Argentina” (grabación en directo registrada en el Teatro Ópera de Buenos Aires en 1982, tras su regreso al país), “Como un pájaro libre” (1983), “¿Sería posible el Sur?” (1984), “De mí” (1991), “Alta fidelidad” (1997) y “Misa criolla” (1999). Su último trabajo fue “Cantora: un viaje íntimo” (2009), en el que interpretaba 34 canciones a dúo con otros tantos artistas latinoamericanos.
Mercedes Sosa nunca abandonó la denuncia política, a la que sumó en sus últimos años la lucha por la conservación del medio ambiente. Su defensa de la hermandad de los pueblos latinoamericanos le valió el sobrenombre de "La Voz de América". Entre los muchos premios recibidos por la artista figuraron el Gardel y el Grammy Latino. En 2008 fue nombrada Embajadora de Buena Voluntad de la UNESCO.
Tango: Los mareados Música: Juan Carlos Cobián Letra: Enrique Cadícamo Intérprete: Mercedes Sosa
Las letras de Tango reflejan la vida misma. Reflejan el dolor, el placer, la nostalgia, alegrías y tristezas. A través de ellas te invito a pensar!
Letra: Rara.. como encendida te hallé bebiendo linda y fatal... Bebías y en el fragor del champán, loca, reías por no llorar... Pena Me dio encontrarte pues al mirarte yo vi brillar tus ojos con un eléctrico ardor, tus bellos ojos que tanto adoré...
Esta noche, amiga mía, el alcohol nos ha embriagado... ¡Qué importa que se rían y nos llamen los mareados! Cada cual tiene sus penas y nosotros las tenemos... Esta noche beberemos porque ya no volveremos a vernos más...
Hoy vas a entrar en mi pasado, en el pasado de mi vida... Tres cosas lleva mi alma herida: amor... pesar... dolor... Hoy vas a entrar en mi pasado y hoy nuevas sendas tomaremos... ¡Qué grande ha sido nuestro amor!... Y, sin embargo, ¡ay!, mirá lo que quedó...
Oscar Antonio Moretta, nació en el barrio porteño de Almagro, Capital Federal, Argentina, el 5 de julio de 1922. Conocido en el mundo artístico como Oscar Larroca.
Hijo de padre guitarrista quien a temprana edad lo inscribe en el Conservatorio Nacional de Música en donde obtuvo el título de profesor de guitarra. Sin embargo las características de su voz lo llevarían a incursionar en el mundo del canto.
Debutó a principios de la década de 1940 en Radio Mitre en el programa "La famosa matinée de Juan Manuel". Durante 3 años consecutivos prosiguió su actuación en el citado programa radial, afirmando su oficio como vocal, en un registro de barítono atenorado que se complementaba con su magnífica afinación y clara dicción. Estas condiciones hicieron que se interesara por él un conocido periodista, Carmelo Santiago, quien en 1945 lo vinculó con el bandoneonista y compositor Domingo Federico, quien lo incorporó a su orquesta.
El 19 de junio de 1945 graba su primer trabajo musical "Voz de Barrio" a dúo con Carlos Vidal. Su actuación junto a Domingo Federico se prolongó hasta el mes de septiembre de 1948. En ese año se integra a la orquesta de Osvaldo Manzi compartiendo cartel con Roberto Ray, en 1949 a la de Roberto Caló, grabando entre otros los tangos "El metejón" y "Che bandoneón".
En 1951 hará parte de la orquesta de Alfredo de Angelis en donde su carrera alcanza la mayor plenitud. El 1º de Abril debutó en el “Glostora Tango Club” en Radio El Mundo. El 10 de mayo de 1951 registró sus 3 primeras grabaciones con su nueva orquesta; los tangos "Por qué me das dique"; "Flor de Fango" y "Llevatelo todo" que junto con "Almagro", "Medallita de la Suerte", "Entrá nomás", "Volvamos a empezar" y otros fueron notables éxitos y lo impulsaron a convertirse en una de las figuras importantes del panorama tanguero en la década del 50 y las siguientes.
También se presenta en programas de televisión como "El Tango del Millón", Sábados Circulares", Grandes Valores del Tango" y el "Tango Club". Luego de separarse de la orquesta de Angelis, sigue su carrera como solista recorriendo Latinoamérica cosechando fanáticos en países como Colombia, Perú, Ecuador, Venezuela, Uruguay y Chile. Regresando a la Argentina con gran éxito, como fue toda su carrera artística.
Tango: Como nos cambia la vida Música:Roberto Rufino Letra:Marvil (Elizardo Martínez Vilas) Orquesta: Alfredo de Angelis Intérprete: Oscar Larroca
Nació en el barrio porteño de Villa Urquiza, el 3 de julio de 1944 y si se pretende una apretada biografía, baste decir que a los 13 años ya andaba con muletas y silla de ruedas porque la polio y la hemofilia son implacables. Ni hablemos de jugar a la pelota, entretenimiento que fue reemplazado por la radio, vehículo que le permitió codearse con el tango. Ya muchacho, se reunía con amigos para entonar temas que lejos estaban de los tradicionales de entonces. Cantó en cabarets y en cantinas. La oportunidad de cantar tangos le llegó cuando lo invitaron a la peña Homero Manzi… Fue allí donde conoció al bandoneonista que lo acompañaría a lo largo de su carrera: Antonio Pisano.
Luis Cardei, reciente ejemplo de fama tardía. Tenía la más alejada pinta del galán cantor, pero era muy querible -entre otras cosas- por su fragilidad. Bien puede afirmarse que para lucir como galán de tango, tenía todo en contra porque la implacable polio contraída de niño había deformado su cuerpo, tenía dificultades a la hora de desplazarse y para colmo, era algo seseoso. Con el paso del tiempo, Luis Cardei demostró que cuando la mayor expresión de la música urbana se inspira en el sentimiento, la pinta es lo de menos. Porque su aparente fragilidad nunca se emparentó con la misericordia, jamás se permitió el desahogo de la tristeza sino que sus padecimientos lo transformaron en un personaje querible, amable, sentencioso y servicial, intérprete más que vocalista, que dejó para el recuerdo y la memoria, algunas creaciones sin par.
Luisito, cada día le agradecía a la vida cada chispazo de felicidad que le regalaba.
Tango: Ventanita de arrabal Música: Antonio Scatasso Letra: Pascual Contursi Intérprete: Luis Cardei
Las letras de Tango reflejan la vida misma. Reflejan el dolor, el placer, la nostalgia, alegrías y tristezas. A través de ellas te invito a pensar!
Letra: En el barrio Caferata en un viejo conventillo, con los pisos de ladrillo, minga de puerta cancel, donde van los organitos su lamento rezongando, está la piba esperando que pase el muchacho aquel.
Aquel que solito entró al conventillo, echao a los ojos el funyi marrón; botín enterizo, el cuello con brillo, pidió una guitarra y pa'ella cantó.
Aquel que, un domingo, bailaron un tango; aquel que le dijo: "Me muero por vos"; aquel que su almita arrastró por el fango, aquel que a la reja más nunca volvió.
Ventanita del cotorro donde sólo hay flores secas, vos también abandonada de aquel día... se quedó.
El rocío de sus hojas, las garúas de la ausencia, con el dolor de un suspiro tu tronquito destrozó.